El Ministerio de
Educación de la República Argentina adquirió 16 892 ejemplares de La
leyenda de Taita Osongo a fin de ponerla gratuitamente a disposición de
los alumnos de las escuelas públicas de toda la nación. La edición ha corrido a
cuenta del Fondo de Cultura Económica-Argentina que reprodujo la edición
original del Fondo de Cultura Económica (México, 2006), con las magníficas
ilustraciones del también cubano Ajubel.
La leyenda de Taita
Osongo es una novela para adolescentes que recrea el inicuo
mundo de la esclavitud y la trata negrera organizadas por las potencias
coloniales europeas a fin de disponer de la mano de obra barata indispensable a
la explotación de sus colonias en América; en particular en aquellas zonas (en
general la cuenca del mar Caribe) donde la población precolombina resultaba
insuficiente para desarrollar la economía de plantaciones.
No se trata de una
novela histórica o con pretensiones didácticas, todo lo contrario: es una
novela de estilo poético en la que magia, amor y aventura se combinan para
conseguir una historia intensa, con personajes que puedan seducir al joven
lector. Esto no quiere decir que yo me aparte de un tratamiento riguroso de la
problemática; de una manera no del todo consciente, lo que me propuse fue revivir
el difícil proceso de mestizaje que dio origen al pueblo cubano y a mi propia
familia.
La trama parte del
enfrentamiento entre Taita Osongo, rey-mago de un país imaginario de Africa, y
el astuto e inmisericorde traficante Severo Blanco. Junto con numerosos hombres
y mujeres de su pueblo, Taita Osongo se ve trasladado al ingenio azucarero que
se compra su enemigo, enriquecido por el tráfico negrero. La lucha entre los
dos hombres es el centro de una historia que alcanza su máxima tensión cuando
la hija de Don Severo y el nieto del taita, que entonces vive solo en el monte,
deciden unir sus destinos pese a la oposición de la sociedad esclavista.
La trama parte del enfrentamiento entre Taita Osongo, rey-mago de un país
imaginario de Africa, y el astuto e inmisericorde traficante Severo Blanco.
Junto con numerosos hombres y mujeres de su pueblo, Taita Osongo se ve
trasladado al ingenio azucarero que se compra su enemigo, enriquecido por el
tráfico negrero. La lucha entre los dos hombres es el centro de una historia
que alcanza su máxima tensión cuando la hija de Don Severo y el nieto del
taita, que ha sido desterrado al monte, deciden unir sus destinos pese a la
oposición de la sociedad esclavista.
Como ya dije, la magia y la poesía se unen en esta novela, y la solución
del conflicto pasa por episodios mágicos, inspirados en el cuento tradicional,
pero menos en la cultura afrocubana, como podría esperarse, que en la tradición
occidental (utilizo recursos frecuentes en la leyenda y la estructura de un
cuento ruso recogido por Afanásiev). También me he nutrido de fuentes
literarias cubana: Taita Osongo toma su nombre de su imaginario país que he
llamado Sóngoro Cosongo como el segundo libro de Nicolás Guillén, el inventor
de la poesía mulata. También hay referencias al gran clásico de la literatura
infantil cubana Caballito blanco, de Onelio Jorge Cardoso y una extraordinaria
coincidencia con la gran novela cubana sobre la trata Pedro Blanco, el negrero,
de Lino Novás Calvo.
“La leyenda …” es ciertamente
mi libro más comprometido y uno de mis más ambiciosos por su elaboración
formal. Aborda la cuestión de la esclavitud y el racismo sin
las intenciones pedagógicas y morales que suelen lastrar tanto libro sobre este
y otros temas IMPORTANTES. Escribí
este libro con el mismo cuidado por la buena y bella historia que he puesto en otros
libros “sin tema”.
Esta es la primera vez que “…
Taita Osongo” tiene una difusión a la altura de mis expectativas. A causa de una promoción ineficaz o de una demanda insuficiente por no ser uno de los temas de moda, o porque en los países de América Latina que no tuvieron
mucha esclavitud africana pueden creer que mi libro no les es útil;
aunque también puede ocurrir paradójicamente lo contrario: que los países que sí pasaron por el horrendo
sistema esclavista se resistan a recordarlo. Tal
desinterés hasta sería comprensible si mi libro no tuviera la necesaria
autonomía literaria. Pero
lo cierto es que mi historia puede funcionar como una leyenda o
relato un tanto mítico con cualquier otra temática de fondo.
Mi experiencia con lectores de países muy diversos,
me ha permitido comprobar que funciona como una “simple” historia de amor en tiempos de cólera. La injusticia: sea económica, política, religiosa,
étnica o generacional
existe siempre e incendia cualquier corazón adolescente. Estoy persuadido de que lo mismo un japonés que un noruego, un
panameño que un egipcio pueden entender y disfrutar mi historia.
La leyenda de Taita
Osongo apareció primero en su traducción francesa (Ibis
Rouge. Cayena, 2004) y cuenta con una traducción al portugués (Ediçoes SM do Brasil,
2007). Fue seleccionada por el Banco del Libro (Venezuela, 2009) como uno de
los mejores libros juveniles de autor latinoamericano publicados en el período.
Pero lo cierto es que escribí ese libro en Cuba, en 1983 y gané con él el Premio Heredia, que otorgaba por entonces la Unión de Escritores y Artistas en Santiago de Cuba (donde yo vivía entonces). Aunque me propusieron su publicación en la Editorial Oriente, desistí de hacerlo pues sentía que algo faltaba en esa primera versión (titulada "El amo y el mago o La leyenda del algarrobo y la orquídea"). Tardé 18 años en comprender que el problema estaba en la falta de solidez del antagonista, Severo Blanco. Una vez resuelto el problema y reelaborados los primeros capítulos, presenté el libro a mis editores franceses y españoles. Finalmente, fue en Francia y luego en México que se estrenó la obra.
Pero lo cierto es que escribí ese libro en Cuba, en 1983 y gané con él el Premio Heredia, que otorgaba por entonces la Unión de Escritores y Artistas en Santiago de Cuba (donde yo vivía entonces). Aunque me propusieron su publicación en la Editorial Oriente, desistí de hacerlo pues sentía que algo faltaba en esa primera versión (titulada "El amo y el mago o La leyenda del algarrobo y la orquídea"). Tardé 18 años en comprender que el problema estaba en la falta de solidez del antagonista, Severo Blanco. Una vez resuelto el problema y reelaborados los primeros capítulos, presenté el libro a mis editores franceses y españoles. Finalmente, fue en Francia y luego en México que se estrenó la obra.
En Cuba, donde no se
comercializan libros extranjeros y por tanto es el único país de América Latina
donde resulta imposible conseguir la edición mexicana, La leyenda de Taita Osongo ha
debido contentarse hasta el momento con una edición casi simbólica de 800 ejemplares realizada por una pequeña editorial provincial
(Ediciones Capiro, Santa Clara, 2010). Rara paradoja en un país que se fraguó
en el ardiente crisol de la esclavitud, pero cuenta raras las novelas sobre la
esclavitud, la trata negrera y el racismo.
una de mis ilustraciones para la edición cubana de La leyenda de Taita Osongo
Con 11 millones de
habitantes, solo tres veces menos que Argentina, Cuba publica actualmente una
media de 2000 ejemplares por título. De todos modos, yo he tenido mejor acogida
en la nación sureña, donde –frente a cinco títulos cubanos- he visto siete de
mis libros (Pájaros en la cabeza corrió una suerte parecida a La
leyenda… al llegar a las escuelas públicas gracias a una edición
especial de Kalandraka para la Secretaría de Educación del Gobierno de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Para
más información, ver la página dedicada a
La leyenda de Taita Osongo en este mismo blog: