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20/6/23

El camino de la ilustración y "El camino del monte"

ilustración original para tapa y contratapa de
El camino del monte


El camino del monte fue mi sexto libro como autor e ilustrador y el segundo de cuantos he publicado en mi país natal donde no solo el texto ha salido de mis manos. Era entonces mi más ambicioso proyecto en este campo, pero ciertas intervenciones en el diseño, y la impresión con tintas y papel de escasa calidad, hicieron que su edición me causara una dolorosa decepción.

           
                                   tapas de Taita Osongo: el camino del monte.
                                      Editorial Gente Nueva. La Habana, 2016

Que mi anterior trabajo de ilustración publicado en Cuba tuviera el mismo protagonista y similitudes en tema y ambiente es casual, pues entre ambos títulos había ilustrado otros cuatro para editoriales de España, Francia y Colombia. Por otra parte, si La leyenda de taita Osongo (Santa Clara, 2009) era una novela para adolescentes con solo un puñado de ilustraciones en blanco y negro, El camino del monte era un álbum ilustrado con imágenes a todo color y, casi siempre, a plena página. 
 
Lo cierto es que yo raramente doy por terminado un trabajo, sea de escritura o de ilustración. Veo la creación como un work-in-progress que con cada traducción o nueva edición relanza un ciclo. Así, para la versión francesa que publica en julio de 2023 La Lucarne des Ecrivains, no solo he pulido considerablemente el texto, sino que he retrabajado la mayor parte -y rehecho tres- de las ilustraciones, incluidas las de tapa.

ilustración de tapa y contratapa de 
Le chemin de la forét
La Lucarne des Ecrivains. París,  2023

... y cuatro ilustraciones interiores sin cambios:






Aunque he dibujado toda mi vida, solo me planteé seriamente la necesidad de ilustrar a fines de 2005, cuando me percaté de que no me gustaba lo que veía en el catálogo de la editorial que había de publicar mi próximo libro. Comprendí, por otra parte, que los dibujos pueden expresar cosas que el texto no dice. Así que eché mano a lo que mejor conocía para el color (la témpera o gouache, que erróneamente creí la más fácil de las técnicas) y emprendí un primer proyecto (impublicable) seguido de un segundo que plugo al editor. La reproducción en blanco y negro sobre un mal papel no auguraba nada bueno... para unos originales que ya tenían sus propios defectos.

Pero así comenzó mi carrera de ilustrador. 





Hontzak kontatu zidan (Desclée. Bilbao, 2006), es la traducción al euskera de mi cuaderno de cuentos ecológicos La lechuza me contó (Editorial Progreso México, 2004), versión ampliada y corregida, a su vez, de mi segundo libro publicado (De los primeros lejanos tiempos, la lechuza me contó. Editorial Oriente. Santiago de Cuba, 1987). Fue pues en esta tercera ocasión que añadí a mi prosa el producto de mis pinceles. 

                              


Por la presencia de personajes humanos y por el carácter más realista del texto, mi segundo trabajo de ilustración resultó claramente naif. Tanto por circunstancias editoriales como por exigencias de mi joven carrera de ilustrador, La canción del castillo de arena tuvo dos versiones en el mismo año: la primera en francés (febrero de 2007) y la segunda, siete meses después, que publicó en  castellano y euskera la editorial A Fortiori. Fue un trabajo mucho más complejo puesto que ya no se trataba de dotar ocho cuentos de su respectiva ilustración sino de concebir un álbum ilustrado completo, donde el texto se inserta, las más de las veces, dentro de una ilustración que cubre la doble página.

La chanson du chàteau de sable
Ibis Rouge. Cayenne, febrero de 2007

La canción del castillo de arena
A Fortiori. Bilbao, septiembre de 2007

edición en euskera
A Fortiori, 2007

Inmediatamente después ilustré mi cuento "¡Quiero otro!",  hasta hoy inédito en castellano. Beste bat, nahi dut! (A Fortiori. Bilbao, 2008) es un álbum ilustrado que no demuestra un gran avance en mi técnica. No obstante, me permitió confirmar que el acrílico se adecua más a mis posibilidades artísticas y al universo cromático que deseo para mis libros (albumes ilustrados o no) y, sobre todo, me dio la ocasión de explorar la posibilidad que tienen los dibujos de contar algo que no está en el texto. Sin habérmelo propuesto desde el comienzo, permití a un personaje en principio puramente decorativo vivir una aventura paralela a la del protagonista; enriqueciéndola sin pronunciar palabra. La estética se aparta levemente del realismo naif del  álbum precedente, gracias a un recurso gráfico que en lo adelante utilizaré bastante sistemáticamente.



Aunque tampoco implica un gran avance en mi capacidad técnica y expresiva, Había una vez un espantapájaros (Libros & Libros. Bogotá, 2015) destaca por ser el primer, y hasta ahora único, libro que he ilustrado para un editor sudamericano (tras un proyecto con la editorial venezolana El perro y la rana que nunca salió de imprenta). Al ser un libro para pequeños, con el uso imperativo de pictogramas, procuré sencillez, grandes espacios de color puro o completamente blancos y líneas curvas bien definidas.

Había una vez un espantapájaros
Bogotá, 2015


Las mencionadas curvas dominan las ilustraciones interiores de la primera edición cubana de La leyenda de taita Osongo, cuyo protagonista es el mismo de El camino del monte sin que se trate de una continuación (los hechos que narra el album cubren los años, a mitad de la novela, en que nada se sabe del héroe). Tampoco esta vez el público es adolescente sino niños que solo años después habrían de descrubrir una historia, más densa y compleja, que escribí y comencé a publicar décadas antes. 

tapa de la primera edición cubana de La leyenda de Taita Osongo
Editorial Capiro. Santa Clara, 2009

Conociendo las limitadas posibilidades de las ediciones territorialeses cubanas, que trabajan básicamente con imprentas ligeras Risograph, y con papel y tintas de baja calidad, así como los eventuales problemas en la trasmisión de los ficheros numéricos de mi trabajo, decidí simplificar al máximo las que debían ser mis primeras ilustraciones para un público adolescente y destinadas a ser impresas en blanco y negro. Hice cada dibujo en el mismo formato que el futuro libro, utilizando acrílicos de color gris de payne y blanco de titanio que mezclé cuando necesitaba  matices y contrastes.

Mi inexperiencia, falta de técnica (¿y de talento?) se reflejan en algunas ilustraciones y, sobre todo, en la tapa. No fue la única razón por la que, seis años más tarde, cuando fui solicitado para una nueva edición francesa, decidi retocar las ilustraciones más logradas y rehacer completamente las que me parecían fallidas. 



La leyenda de taita Osongo (París, 2004; México, 2009; Brasil, 2007; Cuba, 2009 y 2015, etc) es mi libro más ambicioso, el más comprometido con la historia de mi familia y de mi país, y el que aborda temáticas más serias (racismo, lucha por la libertad y la igualdad, esclavitud de los africanos en las colonias europeas de tres continentes). Aunque solo algunos atentos lectores cubanos lo perciban, el texto rinde homenaje a grandes figuras de la literatura cubana como Nicolás Guillén, Onelio Jorge Cardoso y Lino Novás Calvo. Deseoso de reflejar mi deuda con otras ramas de nuestra cultura, en particular la plástica, busqué inspiración en la mayor figura de la plástica afrocubana: Wifredo Lam.

La ilustración de tapa parte del maravilloso cuadro de Lam, La jungla, y en varias ilustraciones interiores intento recrear elementos centrales o marginales de otras de sus pinturas, grabados y dibujos (en la medida de mis modestas aptitudes).

La Jungla, de Wifredo Lam
Museo de Arte Moderno de Nueva York

                  ilustración de tapa y contratapa para la edición francesa de 2017
 
             

                 
Cuatro de las ilustraciones creadas para 
La légenda de Taïta Osongo
Editions Orphie. Saint-Denis de la Réunion, 2017


Lo que sigue es una muestra de cómo construyo una ilustración. Este estudio, no incluido en libro alguno, se detiene antes de la etapa final: los colores imprecisos y su tratamiento en "modo acuarela" lo evidencian.





La ilustración es un elemento indispensable al libro infantil contemporáneo y no solo en el proceso de creación y de su lectura, sino en términos de comunicación. 

De hecho, fue en el Festival del libro de Cherburgo (Francia, 2001), mucho antes de que comenzase a dibujar sistemáticamente y aún más a proponer mis ilustraciones a editor alguno, que me percaté de la atención que los visitantes de un salón o feria (niños y adultos) prestan a un autor que dibuja sus dedicatorias. El proceso creativo de una ilustración puede ser demostrado en unos minutos, algo que resulta imposible en el caso de la escritura literaria. 


Dibujando la dedicatoria ilustrada de uno de mis libros en el Salón del libro de París (2007)
 
En la Feria Internacional del Libro de Salónica (Grecia, 2008)
utilicé dibujos para mejorar la comunicación con alumnos del liceo francés
de la citada ciudad que dominaban mal la lengua de Molière. Yo, por mi parte, soy incapaz de enunciar la más elemental frase en la lengua de Homero... o de Cavafis, que está mucho más cerca de lo que realmente se habla en la república helénica.
 
Dedicando un álbum en el Salón del libro de Firminy
2012

A veces ocupo una espera haciendo dibujitos... como en este restaurante parisino donde esbocé a Taita Osongo en una servilleta.







También yo tengo mis "objetos derivados". Algunos son meros ejercicios (como los imanes que adornan mi refrigerador) y otros, regalos destinados a mis amigos. Pero no falta algunos que me ha acompañado a ferias del libro y eventos similares... y terminan en manos de quienes han comprado (¡o no!) uno de mis libros.





Yo comencé contando historias sin texto que a lo que más se parecían es a tiras cómicas. Tendría yo unos diez años cuando comencé a dibujar en el cuaderno de Matemáticas las aventuras de Super Pecho. Eran simples historias de batallas de un superhéroe bastante parecido a Superman donde las únicas letras servían para expresar los ruidos de puñetazos, explosiones, insultos o amenazas de los estereotipados personales. 

Así era Super Pecho (reconstruido de memoria)


No obstante, poco más de un año después escribí mi primer cuento y casi enseguida mi primera novela (inspirada a la vez por las novelas de niños detectives de Enid Blyton y por la película de Yves Robert La guerra de los botones.

tapa de mi primera novelita, terminada en noviembre de 1967
(el número 2 no indica el lugar que ocupó en mi producción temprana sino el que acabó correspondiéndole en una serie que llegó a la veintena de títulos)


Tanto aquel cuento, que perdí, como aquella novela, que conservo, estaban acompañadas de dibujos. 

Así que mi carrera de ilustrador era algo que debía continuar un día...

De hecho, mi primera publicación, con 19 años, fue un dibujo humorístico incluido en el semanario Melaíto, de Santa Clara, Cuba.
Solo un mes más tarde, el mismo tabloide publicó mi primer texto (sin dibujo).




18/6/23

CUBA EN DOS NOVELAS. FERIA DEL LIBRO DE MADRID 2023

Tras seis años de ausencia, volví en mayo de 2023 a la Feria del Libro de Madrid. 

En los stands de las editoriales Verbum y Premium presenté mis dos novelas de ambiente cubano más realistas; respectivamente MI TESORO TE ESPERA EN CUBA y LA ISLA DE LAS ALUCINACIONES.




https://editorialpremium.es/tienda/la-isla-de-las-alucinaciones/
                       

            


En realidad, ambas novelas deberían estar juntas en el mismo catálogo editorial, puesto que tienen idénticos protagonistas (Paloma, una niña española que viaja a Cuba y los amigos que allí hace), época (contemporánea), objetivo (explicar a adolescentes extranjeros las contradicciones de mi país natal entre fines de los años 1990 y hoy), forma (novela de aventura de pandilla, de meollo detectivesco y fondo geográfico y socio-político). 

Pero la vida editorial es a veces muy complicada y quien desee conocer ambas historias tendrá que moverse de la madrileña editorial Verbum a la sevillana Premium. En fin de cuentas, ambas están en España y cuentan con distribución nacional y tienda electrónica que facilita la adquisición de ambas obras, en formato virtual o impresas en buen papel, desde cualquier sitio del mundo... por no hablar de los numerosos mecanismos de venta por Internet de las principales librerías hispánicas.

MI TESORO TE ESPERA EN CUBA

Estrené Mi tesoro te espera en Cuba en su versión francesa, en el año 2000. Si no me equivoco, comencé a escribirla poco después de mi llegada a Brasil, cuando comenzó a hacérseme evidente que no iba a poder volver a mi país natal tan fácilmente como se me había dicho. Sin que pueda identificarme con uno de los protatonistas de la novela, un viejo emigrante español que debió abandonar amor y fortuna al triunfo de la revolución castrista, su trágico destino fue uno de los motores de la historia... junto a la visible incomprensión de la realidad cubana que encontré en la mayoría de los extranjeros que me hablaban de Cuba. 

versiones francesas, argentina y españolas de 
Mi tesoro te espera en Cuba

Paloma, sobrina biznieta del citado español, llega a Cuba invitada por una tía que trabaja en la construcción de un hotel en Varadero. Tras disfrutar durante unos días del famoso balneario, la chica viaja con su amigo Jorge al interior, y descubre la difícil realidad que viven los cubanos. Es también entonces que comienza realmente la búsqueda del tesoro que da título a la novela.

La edición francesa obtuvo uno de los premios más hermosos de mi carrera: el que le dieron los niños de 29 escuelas del norte de Francia, organizados en eficaz jurado del Festival del Libro de Cherburgo, en 2001. Al año siguiente la novela se publicó en Argentina y en 2008 tuvo una primera edición española. 

Pese al tiempo transcurrido, cuando preparé el texto para su reaparición este año, me percaté de que la trama se ajustaba a la situación actual en Cuba, tan distinta y paradójicamente sejemante a la de fines de los 90 (escasez, apagones, diferencias económicas, manipulación ideológica). 

Seguramente los diez años durante los cuales trabajé el manuscrito me hicieron centrarme en los aspectos esenciales de una realidad que solo cambiaba en la superficie.

En algún momento del proceso editorial se sustituyó el proyecto de tapa que había recibido mi aprobación (a base de la ilustración que realicé, como las interiores, a ese efecto) por una versión "pasteurizada" por un robot. Nadie me explicó el porqué, pero temo que la fascinación que ejerce actualmente la llamada Inteligencia Artificial nos imponga más ingerencias de este tipo. Los matices e intenciones, perfectamente justificadas por la trama, que quise aportar a la tapa quedaron anuladas por la frialdad "perfeccionista" de un filtro numérico. 

                            


en la caseta de la editorial Verbum en la Feria del Libro de Madrid

LA ISLA DE LAS ALUCINACIONES

También pasaron diez años entre el momento en que comencé a escribir La Isla de las Alucinaciones y el momento en que el jurado del Premio Avelino Hernández de Novela Juvenil anunció, en Soria, que le concedía el premio de su quinta convocatoria. 

Supongo que una larga maduración es el destino de las novelas para adolescentes que abordan una cuestión política... que no concierne el país donde habrán de ser publicadas. El caso es que durante aquellos diez años la propuse a varias editoriales de América Latina, España y Francia, y la presenté a dos o tres premios literarios, antes de conseguir el veredicto unánime que la condujo a su impresión en agosto de 2017.

Los mismos héroes de Mi tesoro te espera en Cuba: la española Paloma y el cubano Jorge (ambos de unos doce años) se encuentran esta vez en La Habana con motivo del matrimonio entre la tía de la primera y el padre del segundo. Pero la historia se aleja de la mitad occidental de la isla, donde se desarrolló la primera historia, para ubicarse en un imaginario poblado de la costa norte-oriental cercano al enigmático lugar que da nombre a la novela. Esta Isla de las Alucinaciones (al margen de otras sugerencias) debe su nombre a ciertas peculiaridades geográficas y, sobre todo, al hecho de haber sido utilizada en el tráfico de mano de obra china, en el siglo XIX, y a otro turbio tráfico internacional... que prefiero no anticipar.



firmando mi primer ejemplar de La Isla de las Alucinaciones
en la caseta de Premium


Cuando comencé a organizar mi visita a la Feria del libro, contaba presentar también mi segundo libro del año: Dani y el dinosaurio (Edebé), pero ese cuento para pequeños pertenece al plan de otoño de la editorial barcelonesa. Así que en la feria madrileña de 2023 presenté únicamente mis más recientes novelas de ambiente cubano editadas en España.





La tercera novela detectivesca juvenil cubana cumple 40 años

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