2/9/13

autor e ilustrador: dos que soy uno

AUTOR E ILUSTRADOR: DOS QUE SOY UNO

Estudio para un cuento que todavía no he escrito
 y que por el momento adorna una pared de mi casa en pura función estética
  
No soy un ilustrador confirmado, como sí soy un escritor profesional. Pero siempre me gustó dibujar e incluso mi primera publicación, en marzo de 1974 (casi un mes antes de mi primer texto) fue un dibujo humorístico en el semanario Melaíto de mi casi natal ciudad de Santa Clara.
Poco después, uno de esos malos consejeros que suelen perder excelentes oportunidades de callarse, me aseguró: “lo tuyo es la literatura, deja el dibujo para otros”. No me di cuenta de que hablaba por interés, para preservar su espacio en el semanario antes mencionado, y le hice caso… hasta 2005 cuando, durante los tres meses que pasé en Munich, y un poco más tarde, mientras me recuperaba de una operación, comencé a dibujar por puro entretenimiento.

mi primera publicación fue un dibujo, en marso de 1974


Pero en realidad, lo que me decidió a “meterme a ilustrador” fue el ansia de comunicar mejor con mis lectores. En 2001 fui invitado al Festival del libro infantil de Cherburgo. Mi novela “Cuba destination trésor” (publicada un año después en castellano bajo el título “Mi tesoro te espera en Cuba” en Argentina, y en 2008 en España) recibió el Premio de la Ville y, junto con las otras dos novelas francesas que tenía publicadas entonces, traían a mi mesa bastante público; pero nada comparable con el entonces ya famoso historietista Christophe Blain, sentado a mi lado. El tenía permanentemente una cola de personas que esperaban a que él les terminara su dedicatoria, en forma de dibujo por supuesto. Entre compasivo y divertido, me echó una mirada y me dijo: “Demórate”. Es cierto que un escritor, estilográfica en mano, despacha en varios segundos la dedicatoria que un ilustrador demora varios minutos en componer con sus lápices, acuarelas, acrílicos, pasteles y hasta papelillos de colores.

Le hice caso al solidario Christophe (hay quienes no pierden la ocasión de dar un buen consejo) y comencé a cuidar la caligrafía y las ideas de mis dedicatorias (siempre trato de no repetirme, y en lugar de contentarme con el convencional “A Fulano, un abrazo”, intento decir algo sobre el libro, sobre la posible relación entre éste y el lector que tengo delante…); pero ¡nada! En menos de un minuto, mi cliente se iba.
Creo que fue un par de semanas después, en otro salón del libro francés, que comencé a orlar mi dedicatoria de un dibujito. Me sentí autorizado porque las ilustraciones de “Malicia Horribla Pouah, la pire des sorcières, mi tercera novela francesa, eran decepcionantes (la versión española, “La tremenda bruja de La Habana Vieja”, en cambio fue competentemente ilustrada por mi compatriota Ajubel… aunque se le fue un poco la mano en estética esperpéntica). El caso es que me gustó eso de dejar en la portadilla una brujita galopando una escoba.

Casi cuatro años más tarde, durante mi estadía como becario de la Biblioteca Internacional de la Juventud (castillo de Blutenburg, en las afueras de Munich) visité una escuela invitado por la profesora de francés Ulrike Roos. El encuentro con los alumnos de secundaria fue en castellano y se desarrolló sin mayores dificultades, pero los más chiquitos no dominaban suficientemente el francés, lengua prevista paas en encuentro, y eché mano al material de dibujo del que no me separaba desde mi llegada a Alemania para facilitar la comunicación. El periodista que en ese momento entró en la sala, concluyó que yo era autor e ilustrador (algo frecuente en Europa) y así lo declaró en sendas notas publicadas al día siguiente. Fue casi por no hacer mentir a un periódico tan serio como el  Süddeutsche Zeitung que decidí publicar un libro con mis propios dibujos lo antes posible.



La ocasión se presentó unos meses después, cuando el editor vasco que se aprestaba a publicar la traducción al euskera de mi libro “La lechuza me contó” (“Hontzak kontatu zidan”) me mostró los libros de la colección… casi todos horrorosamente ilustrados. “Si es para estropear mi libro, mejor lo hago yo mismo”, pensé. 

Mis primeros bocetos eran tan lamentables que el bueno de Joseba respondió: “Tus dibujos no me disgustaron del todo” y comprendí que no le habían gustado ni un poquito”. Revisé técnica, materiales y concepción, y cuando, dos meses más tarde, presenté mis nuevas ilustraciones, el editor me respondió, encantado: “¡Yo no sabía que dibujabas tan bien!”.
Ilustración para "La hazaña de las babosas", uno de los cuentos que componen Hontzak kontatu zidan

Ilustración para "El cuento de las lechuzas" que cierra La lechuza me contó/Hontzak kontatu zidan

proyecto de tapa que no llegué a utilizar

Lo cierto es que esos dibujos tenían todavía muchas limitaciones, pero en una carrera de ilustrador tan corta como la mía, una rápida evolución era esperable. Lo mismo explica la diferencia que hay entre las dos versiones –distantes seis meses- de mi segundo álbum ilustrado, el único que existe en castellano, en francés y vasco): “La canción del castillo de arena”.



  
dedicatoria de un ejemplar de La canción del castillo de arena
mi primer libro latinoamericano como autor e ilustrador (en un libro impreso en colores)
fue publicado por Hillamann.Libros & Libros (Bogotá, 2015)





Suelo dibujar dedicatorias en los libros que me tienen por ilustrador (en castellano solo dos: "La canción del castillo de arena", publicado por A Fortiori en Bilbao, y "La leyenda de Taita Osongo" en la versión de Ediciones Capiro, Santa Clara, Cuba). Pero incluso lo hago en los ejemplares de la serie Gatito (Gatito y el balón, Gatito y las vacaciones y Gatito y la nieve) que en castellano y otras lenguas de España publica Kalandraka

dedicando ejemplares de la versión francesa de la serie Gatito
en el Salón del libro y la prensa infantil y juvenil de Montreil

Dedicatoria dibujada en una librería de Tours, no lejos de París

Tengo muchos dibujos que no hice para publicarlos o que pensé publicar y finalmente se quedaron "vestidos para la fiesta" porque la editorial decidió otra cosa:


dibujo inédito para el cuento "La ronda de la calabaza"

ilustración no utilizada para el libro "Sopa de sol y otros juegos de la imaginación" (Tinta Fresca. Buenos Aires, 2011, que finalmente salió con dibujos de la ilustradora Carolina Farias)


En realidad, acudo a la ilustración por motivos diversos: para ilustrar un texto que ha sido contratado y será con certeza publicado, para un libro que todavía no tiene editor en el momento de terminarlo… y que nada me garantiza su publicación.

Aunque a veces la publicación tarda, pero llega:

proyecto de tapa de mi primer libro cubano, como autor e ilustrador, impreso en color, Su primer encuentro con el público ha sido planificado por la editorial Gente Nueva el 14 de febrero 2017 en La Habana.





                                                                             primera ilustraciones que hice, hace por lo menos cinco años para "Taita Osongo: el camino del monte" 



 Como en mis inicios, sigo practicando el dibujo humorístico.


mini-historieta creada con motivo de mi participation
en la Feria Internacional del Libro de Salónica, Grecia, mayo de 2008






ILUSTRADOR Y AUTOR: DOS QUE PUEDEN SER UNO

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