25/11/14

Joel Franz Rosell: La vida en prosa

JOEL FRANZ ROSELL 

LA VIDA EN PROSA

 
Joel Franz Rosell (Cruces, Cuba, 1954)

Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en 1979, trabajó como especialista literario, bibliotecario, profesor, escritor radial y periodista hasta dejar su país en 1989. Desde entonces ha residido en Brasil, Dinamarca, Argentina y Francia. Después de trabajar como profesor en la universidad francesa de Marne-la-Vallée, y como periodista en Radio Francia Internacional, se consagra a la escritura, la ilustración y las animaciones literarias.

Comenzó a publicar en 1974 y su primera novela (El secreto del colmillo colgante. La Habana, 1983) agotó sus 50 000 ejemplares en poco más de un año. Ha publicado una veintena de libros y cerca de 200 artículos y ensayos en diarios, revistas y publicaciones electrónicas de Alemania, Argentina, Brasil, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, México y Suecia. Ha participado en numerosos eventos internacionales, entre ellos cuatro congresos de la Organización Internacional del Libro Infantil (IBBY) y diversas ferias del libro de Europa y América Latina. Sus obras de ficción han sido adaptadas a la radio, la televisión el teatro, la historieta y la fotonovela. Ha sido traducido al francés, gallego, vasco, portugués, inglés, italiano y coreano, entre otras lenguas, y ha obtenido diversos premios nacionales e internacionales.

Reside actualmente en París.

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LA LECHUZA ME CONTÓ
Progreso. México, 2004 Ilustraciones: Fabiola Graullera © J.F.Rosell exepto español y vasco.
(DE LOS PRIMEROS LEJANOS TIEMPOS LA LECHUZA ME CONTO. Editorial Oriente. Santiago de Cuba, 1987)
Traducido al vasco con ilustraciones del autor: Desclée. Bilbao, 2006.
Cuentos, 53 p. [Desde 7 años]   La ecología en fábula  

Historias que cuentan con poesía, humor y mucha imaginación  un tiempo maravilloso en que animales, plantas, astros y fenómenos atmosféricos se pusieron de acuerdo sobre la mejor convivencia posible. Un libro ecológico diferente.

Las historias tienen ese algo que no necesita de ecuaciones ni de reglas para ser creído, eso que nace de la combinación del talento con la imaginación y la fantasía, completado con un toque de originalidad (Asela Suárez. Cartelera, La Habana, 1988). 




LOS CUENTOS DEL MAGO Y EL MAGO DEL CUENTO
Ediciones de la Torre. Madrid, 1995. © J.F.Rosell excepto lengua española
Ilustraciones: Francisco Meléndez y Justo Núñez
Cuentos, 94 p. [Para todas las edades] La realidad y la fantasía se dan la mano        

Son relatos escritos desde un sentido poético del lenguaje y en los que hay presencia de la tradición oral junto a otros elementos narrativos de gran modernidad: Es posible rastrear la huella de la estructura del cuento maravilloso de Propp en “Había una vez un mago”, la fantasía de lo extraordinario de Rodari en “¡Socorro, se hunde la casa!” o la fantasía de lo cotidiano de Cortázar en “Historia musical”. Cuentos para leer y releer (Diego Gutiérrez del Valle: Peonza. Santander, 1996).

Traducido al portugués por Laura Sandroni: Era uma vez um jovem mago. São Paulo. Editora Moderna, 1991. Ilustraciones: Rui de Oliveira.
PREMIO LA ROSA BLANCA. UNIÓN DE ESCRITORES DE CUBA


 

 AVENTURAS DE ROSA DE LOS VIENTOS Y JUAN PERICO DE LOS PALOTES

Santa Clara, Cuba. Capiro, 1996; El Arca. Barcelona, 1996; Alfaguara. Buenos Aires, 2004 Descatalogado.
© J.F.Rosell
Novela, 115 p. [Desde 8 años] Viaje maravilloso por un mundo no tan imaginario como parece        

        Rosa de los Vientos y Juan Perico de los Palotes unen sus aptitudes mágicas para construir su hogar en una cometa y resolver         los diferentes problemas que surgen  en un viaje por lugares fantásticos y desopilantes como la Montaña Extraña, la Isla                     Rectangular, el Gran Imperio Ote y hasta una nueva versión de su propio país de origen.

       Rosell asume en este libro unos planteamientos arriesgados, ajeno a las fáciles concesiones tan presentes en cierta literatura           para  niños. El juego de lenguaje y por tanto el humor, recorre todo el curso de los acontecimientos (El Diario Montañés, 1996).          Este muy imaginativo relato continúa la tradición de los “voyages imaginaires” y aporta nutrientes al pensamiento. Como en Los         viajes de Gulliver, los países visitados son reflejos satíricos del propio mundo de los protagonistas. Desde una perspectiva                   externa podemos distinguir una crítica de los poderosos y de la sociedad humana en su conjunto (Catálogo del premio The                White Ravens. Munich, 1997).

      Traducido al francés por Mireille Meissel: Les aventuriers du cerf-volant. París. Hachette, 1998, ilustraciones: Gabriel Lefebvre  

      PREMIO LA ROSA BLANCA, CUBA. DISTINCIÓN THE WHITE RAVENS. BIBLIOTECA INTERNACIONAL  DE LA JUVENTUD.                           ALEMANIA


VUELA, ERTICO, VUELA
© J.F.Rosell
Ediciones SM. Madrid,1997. Descatalogado al cabo ded 16 ediciones y 96 000 ejemplares
Ilustraciones: Ajubel
Novela, 61 p. [Desde 7 años] La magia está en saber quién eres 

Es un cuento con niño solitario, sombrío desván y abuela de largos brazos protectores, capaz, con sus agujas de punto, de tejer los mayores prodigios imaginables, como que su nieto vuele sobre una alfombra o que encuentre el reconfortante calor de la amistad (Equipo Peonza. El diario montañés. Santander, 1998).

La escritura de Rosell es rica en imágenes y entabla todo el tiempo un juego de comparación entre las emociones y los olores. Hay una exploración de la palabra en el texto, una escritura sutil que dice cosas más allá de lo escrito. Con guiños al lector en apelaciones continuas para involucrarlo, Rosell expone una lectura entre líneas y logra un mundo subjetivo y mágico con elementos de la realidad (Sandra Comino. La Mancha. Buenos Aires, 2000).

16 EDICIONES: 96 000 EJEMPLARES VENDIDOS. PREMIO LA ROSA BLANCA. UNIÓN DE ESCRITORES, CUBA.





UN OFICIO DE CENTAUROS Y SIRENAS
Lugar Editorial.Buenos Aires, 2001. Descatalogado. © J.F.Rosell
Ensayo, 156 p. [Adultos] Una poética de la literatura infantil

Catorce ensayos en torno a la definición y funciones de la literatura infantil, la posición del creador respecto a su obra, y sobre temas concretos como la narrativa detectivesca, la fantasía, los medios masivos de comunicación o el libro para chicos en América Latina.

Rosell es punzante en muchas ocasiones, crítico y con una mirada nada complaciente, lo que convierte sus escritos en estimulantes reflexiones que nos llevarán a afirmar o disentir de sus opiniones, pero nunca nos dejarán indiferentes porque incluso él ahonda a veces en sus propias contradicciones sin querer dejarlas cerradas. Un conjunto de lecturas muy recomendables que conforman, como el propio autor lo indica, una “poética de la literatura infantil” eso sí, para nuestra suerte, escrita con mucha amenidad (Ana Garralón. Educación y Biblioteca, 2002).


  
LA NUBE
©Sudamericana. Buenos Aires, 2001
Ilustraciones: Juan Deleau
Cuento, 32 p. [Desde 4 años] Una nube busca su destino  

Del mar a la montaña, del campo a la ciudad, las andanzas de una nubecita blanca y redonda como un sueño. Distintos escenarios para una bella metáfora que conjuga profundidad y sencillez.

Uno agradece al autor y al ilustrador por enseñarnos a mirar y remirar el mundo cotidiano que tanto interesa y conviene a los pequeños. La historia me ha invitado a poner los ojos en la cara del cielo y redescubrir junto a los niños que, detrás de una aparente mota de algodón celestial, existen otros matices. El contrapunto armónico que establecen el texto y las ilustraciones resulta aquí un juego particularmente divertido y seductor para los prelectores al aparecer dibujos entre las palabras del cuidado texto. El diccionario de imágenes incluye más de una definición y, detalle multicultural, regionalismos de las diferentes comarcas de la lengua castellana. (Sandra Avendaño. Chiapas. México).

PREMIO LA ROSA BLANCA. UNIÓN DE ESCRITORES DE CUBA.



MI TESORO TE ESPERA EN CUBA
Edelvives. Madrid, 2008. © J.F.Rosell excepto lengua española
Sudamericana. Buenos Aires, 2002 (edición agotada)
Ilustraciones: Pier Brito
Novela, 173 p. [Desde 10 años] El mayor tesoro es la amistad                

Paloma viaja a Cuba con la misión de encontrar el tesoro que su tío-bisabuelo dejó al huir de la Revolución en 1959. Las cosas han cambiado mucho en medio siglo y la chica descubre un país lleno de contrastes y un secreto de familia.

... el autor consigue hábilmente sacar a la luz los problemas del subdesarrollo, los sentimientos que animan a los cubanos a propósito de extranjeros a quienes presumen ricos. Los amigos de Paloma son personajes variados, con los que ella establece relaciones auténticas. La historia del tesoro mantiene el interés hasta el final, sirviendo de pretexto a un descubrimiento más importante: las realidades de un país que conocemos mal. Una excelente novela, viva, interesante y bien escrita (Livres Jeunes d’aujourd’hui. París, 2001) / Tanto los aficionados a la aventura como los que prefieren las novelas de amistad y sentimientos fuertes quedarán encantados. El fondo político de la historia no dificulta en nada su comprensión, y constituye una hermosa lección de humanidad y tolerancia (Brigitte Lhiver Página web del Festival del Libro de Cherburgo. Francia, 2001).

Traducido al francés por Mireille Meissel: Cuba, destination trésor. París. Hachette, 2000.

PREMIO DE LA  VILLE DE CHERBOURG. FRANCIA



LA TREMENDA BRUJA DE LA HABANA VIEJA
Edebé. Barcelona, 2001. Descatalogado. © J.F.Rosell
Ilustraciones: Ajubel
Novela, 158 p. [Desde 10 años] La peor de las brujas contra la mejor de las niñas    
      
La bruja de La Habana Vieja vivía consagrada a sus hechizos y a su amistad con otras brujas tan feas y malvadas como ella. Hasta que descubre que tiene una sobrina-tataranieta linda y buena. Temiendo por su reputación, intenta arrastrarla por el camino del mal, pero la niña posee poderes capaces de cambiar muchas cosas. (Boletín Red de Bibliotecas de Andalucía, 2002).

¡Otra historia de brujas, dirán algunos! Parecería que desde la aparición de Harry Potter los autores infantiles carecen de imaginación. Pues no: estamos ante una historia ingeniosa, que realmente merece la lectura. La galería de personajes (sobre todo las brujas) estalla de humor y originalidad, y la trama da muestras de buenos sentimientos (Comité X. Página web de Hachette. París, 2003).

Traducido al francés: Hachette. Paris, 2001



 

 EL PÁJARO LIBRO
© Ediciones SM. Madrid, 2003. Traducido al francés: Belin. París, 2009
Ilustraciones: Ajubel
Cuento, 64 p. [Desde 6 años] Un libro parte en busca de sus lectores    

En la biblioteca municipal, un libro se cansa de que nadie lo saque a pasear (es decir, a leer). Está dispuesto a todo: a volar, a hablar y hasta a mudarse al parque vecino, con tal de compartir lo que encierran sus páginas.

Rosell desarrolla la metáfora del libro como pájaro. El vuelo, el canto, la libertad, atributos esenciales del ave, son traspuestos al objeto de papel para compartir con los lectores un mensaje diáfano y expresado de forma atractiva: no importa cuán valioso pueda ser un libro, únicamente si llega a manos de los lectores (vuele) y comparte con ellos las palabras que lleva impresas en sus páginas (cante) su existencia tendrá sentido. El cuento es una celebración del libro como objeto vivo, capaz de insertarse en espacios múltiples y de transformar la vida de las gentes, pero, también, un canto a la voluntad y una invitación a descubrir las maravillas que pueden esconderse entre las tapas de un tomo cualquiera de la biblioteca, por más olvidado, amarillento y lleno de polvo que esté (Javier Gómez. Cuatrogatos. Miami, 2003).

PREMIO LA ROSA BLANCA. UNION DE ESCRITORES DE CUBA. PREMIO NACIONAL DE ILUSTRACION, ESPAÑA


JAVI Y LOS LEONES
© Edelvives. Zaragoza, 2003
Ilustraciones: María Rojas.
Cuento, 39 p. [Desde 5 años] La imaginación vence al miedo

Javi es amigo de uno de los leones de piedra del parque. Al león “sonriente” le cuenta sus cosas, pero al león “feroz” le tiene miedo. Hasta que un día lo amenazan en el colegio y Javi tiene que escoger entre sus dos temores.

El miedo a lo desconocido, la fantasía, la capacidad de superación, el sentirse respaldado, son temas que asoman en esta historia. Un cuento delicioso, que no esconde su mensaje, pero lo enmascara con un buen guión, aparentemente sencillo, pero que aborda distintos aspectos relativos a la infancia y, además, refleja muy bien su mundo, hecho de realidad y fantasía a partes iguales. Las imágenes de María Rojas, a base de collage, exageradas, caricaturescas, con juegos distorsionantes, nada realistas, convierten en una esas dos coordenadas –la real y la imaginaria- en la que se mueve Javi (CLIJ. Barcelona, 2004).


PREMIO LA ROSA BLANCA. UNION DE ESCRITORES DE CUBA







PÁJAROS EN LA CABEZA
© Kalandraka. Sevilla, 2004. Ilustraciones: Marta Torrão (PREMIO NACIONAL DE ILUSTRACION, PORTUGAL, 2006)
Ediciones en castellano, gallego, portugués, coreano

Cuento, 48 p. [Desde 7 años] Si la ambición te quita el sueño, escucha a los pájaros                  

En un reino pequeño y no precisamente rico, el ministro de Todo lo Demás, el ministro de Defensa y el ministro de Economía piensan que sólo una guerra puede satisfacer sus deseos de grandeza. Pero su rey, siempre rodeado de pájaros, no tiene sino ideas lindas y pacíficas. Los ministros deciden sacarle esas ideas y, sobre todo, esos pájaros de encima. Con astucia lo consiguen... En fin, casi.

Un rey singular, un tanto miope y quijotesco se ocupa de la buena marcha de su país; un cachito de patria, no menos imperfecto u olvidado de las complicaciones que da el vivir. En una interacción un tanto juguetona, cada personaje asume el papel que le corresponde con marcada fidelidad a su esencia. Estamos ante una historia que permite una pausa sobre la convulsa actualidad, una pausa indudablemente aleccionadora tanto para los chicos como para los adultos (Sanda Avendaño. Chiapas. México).

Traducido al gallego, el portugués y el coreano. 

PREMIO LA ROSA BLANCA, CUBA. 
DISTINCION THE WHITE RAVENS. BIBLIOTECA INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD, ALEMANIA.






                                        


LA LEYENDA DE TAITA OSONGO
© Fondo de Cultura Económica. México, 2005.
Ilustraciones: Ajubel
Estrenada en traducción francesa: Ibis Rouge (Matoury, Guayana Francesa), 2004
Otras versiones en castellano: Editorial Capiro (Santa Clara, Cuba), 2010; Ediciones Matanzas (Cuba), 2014

Novela, 80 p. [Desde 11 años] El amor y la magia contra la esclavitud y el racismo  

El traficante de esclavos Severo Blanco se convierte en rico hacendado tras vender hombres del mítico país africano Sóngoro Consongo. Sin embargo, su victoria sobre el rey y mago Taita Osongo es efímero. La hija de S. Blanco se enamora de un joven esclavo y juntos huyen a la montaña. Entonces tiene lugar el duelo final entre los dos irreconciliables enemigos.

“No abunda el realismo mágico en la narrativa infantil cubana (...) Después de abordar la realidad de la isla con el realismo y la aventura de Mi tesoro te espera en Cuba y con la fantasía y el humor de La tremenda bruja de La Habana Vieja, al fin me decidí a contar desde el realismo mágico una historia de amor en el contexto del tráfico de esclavos y el racismo que de manera tan intensa han marcado a mi país... y a mi propia familia. Pero no me propuse solamente mezclar historia y fantasía, sino también tradiciones afrocubanas y elementos del cuento tradicional europeo. Por eso este libro es leyenda, historia y cuento de hadas” (Joel Franz Rosell en una entrevista radial. Cuba, mayo de 2004).

Traduccido al francés (Cayena. Ibis Rouge, 2004) y al portugués (Edições SM do Brasil. Sao Paulo, 2007

PREMIO HEREDIA. CUBA



LA CANCION DEL CASTILLO DE ARENA
A Fortiori (castellano y vasco). Bilbao, 2007. © J. F. Rosell
Ilustraciones del autor
Cuento, 32 p. |Desde 5 años] Un niño y su padre construyen castillos de arena y una relación ejemplar         

Un niño y su padre construyen en la playa castillos de arena que, cada noche, desaparecen. El pequeño termina por entender que es necesario para que todos puedan aprender a levantar su propio castillo de arena. Más difícil le resulta aceptar la desaparición de la princesa que ha imaginado en cada castillo.

¿La princesa del castillo de arena, es el tercer personaje de una historia donde la madre nunca es mencionada? ¿Se trata de una familia monoparental? Rosell nos presenta unos personajes de piel oscura y un paisaje caribeño que el texto no especifica (…) su intención era contrariar la tendencia del álbum ilustrado europeo a confinar a los africanos, indios y otros pueblos “del Sur” en temáticas “propias” de su condición; ya se trate de estereotipos críticos como la pobreza, la discriminación y la destrucción del medio ambiente, o positivos como el vasto tejido familiar, la vivacidad del carácter y las tradiciones orales. (L. García Nemo: Otro Lunes. Berlín, 2007)

 Versión francesa del autor: Ibis Rouge. Cayena 2007.




DON AGAPITO EL APENADO
Kalandraka. Pontevedra, 2008. Descatalogado. © J.F. Rosell
 Ilustraciones: Federico Fernández
Cuento, 48 p. [Desde 7 ans] Un jubilado encuentra un nuevo trabajo: ocuparse de las penas ajenas     
               
"Don Agapito el apenado" aborda con mucha imaginación y bastante picardía un tema de mucha actualidad: qué hacer con todas esas cuestiones particularmente importantes para las que nunca tenemos tiempo: prejuicios, culpas, miedos, abandonos, compromisos y obligaciones morales. Para despertar nuestras conciencias dormidas, el autor ha escogido como héroe precisamente a un jubilado, una "persona de la tercera edad", uno de esos viejos que la sociedad de consumo considera inútiles porque improductivos desde el punto de vista del mercado (“Ele”. Blog Pizca de Papel)

La historia de Don Agapito tiene la cualidad del buen humor: se trata de un texto dinámico, contado con un lenguaje actual y con el que cualquier lector se puede sentir identificado. Por otra parte, es una obra no exenta de crítica social, que mueve a la reflexión ante los problemas de los demás y que llama la atención sobre la necesidad de llevar un ritmo de vida más reflexivo (Kalandraka).

Traducido al gallego




EXPLORADORES EN EL LAGO
Alfaguara. Madrid, 2009. © J.F.Rosell excepto lengua española
Novela, 159 p.  [Desde 10 años]  Pájaros en peligro: una aventura ecológica

Robin es tímido y no tiene amigos en su nueva escuela. Cuando parten once días a una reserva ecológica, se lleva a escondidas a su cotorra. El comportamiento misterioso de Robin llama la atención de los cuatro chicos que se convertirán en sus primeros amigos. Cuando desaparece la cotorra, investigan juntos y acaban por desenmascarar a los traficantes de especies protegidas que operan en la reserva.

Quizás lo mejor de la novela son las relaciones entre los personajes: chicos y adultos son tratados con realismo y humor, dando una divertida imagen de la vida escolar. La trama detectivesca está muy bien tejida, con sus indispensables datos ocultos, falsos sospechosos y momentos en que parece que los “malos” van a salirse con la suya. Pero al mismo tiempo hay una reflexión seria sobre las amenazas que pesan en nuestros días sobre el medio ambiente. Bien integrada a la trama detectivesca y al desarrollo del conflicto entre personajes, la información llega de manera amena a los lectores, quienes cerrarán el libro con la satisfacción de haber pasado un buen momento con amigos muy queridos y aprender muchas cosas (Pero Juárez. Esliteratura.com)

   
  
BESTE BAT NAHI DUT! (¡QUIERO OTRO!)
A Fortiori. Bilbao, 2008. Edición en euskera. © J.F.Rosell
Ilustraciones del autor
Cuento, 48 p. [Desde 4 años] ¿Qué hacer con un niño caprichoso?

Otto protesta por todo: No le gusta el pantalón que el que le pone su mamá, no le agrada el colegio al que su papá lo acompaña, rechaza el helado que su abuelo le ha comprado. Y la misma suerte corren el  cuento que le cuenta la abuela, sus juguetes, su mascota… 

Los niños necesitan que les pongamos límites a sus caprichos. Así les demostramos un amor… sin límites.




LA BRUJA PELANDRUJA ESTÁ MALUCHA
© Ediciones SM. Madrid, 2010.
Ilustraciones Irma Gruenholz
Cuento, 52 p. [Desde 7 años] El que que la hace (aunque sea bruja), la paga

Pelandruja es una bruja un poco chapucera y su último encantamiento le crea tremendos problemas. Para resolverlo tendrá que cambiar  muchas cosas en su vida y en la de sus desgraciados vecinos. Pero ¿será ella capaz? Una historia con mucho humor y sorpresas en la que nadie es lo que parece... ¿Ni si quiera el lector?

La bruja Pelandruja está dándole los últimos toques a una de sus pociones más malignas de todos los tiempos. Pero algo sale mal y el hechizo se vuelve contra ella. ¿A que no se imagina a quién tendrá que recurrir para recuperarse? Una divertida historia que muestra la necesidad de unirse (incluso a sus propias víctimas) para solucionar los problemas (www.librerialamancha.es).



 



PETIT CHAT NOIR A PEUR DU SOIR (inédito en español)
© Bayard. París, 2011
Ilustraciones: Beppe Giacobbe
Cuento, 22 p. [Desde 3 años] Gatito vence su miedo cuando ayuda a los demás


Gatito Negro es tan negro que teme perderse en la oscuridad. Por eso no sale a pasear por la noche, como sus hermanos. Pero una noche de luna llena al fin se decide. De pronto las nubes cubren la luna y en la oscuridad total un conejo, más asustado que él, le pide ayuda.

… Este texto abarca muchas más cosas : habla del miedo, de la noche, de la ternura del encuentro entre dos animalitos, de la toma de consciencia de una capacidad ignorada y del placer que sentimos al usarla... Una estructura narrativa simple para adaptarse a la percepción de los más pequeños, pero una historia de gran riqueza y un verdadero talento en la escritura (bauchette.canalblog.com).

               


SOPA DE SOL
Tinta Fresca. Buenos Aires, 2011 © J.F.Rosell excepto lengua española
Ilustraciones: Carolina Farías
Cuentos, 62 p. [desde 9 años] Fantasía comprometida con la realidad

¿Puede una abuela prepararsopa con los rayos del sol; una cucharita llorar a fideo tendido; o un viejito convertirse en el abuelo de todos los niños de País Leído? ¿Es posible que un espantapájaros y una espantapájaras se enamoren; que una niña haga música con su pelo; o que un conejo habite y empuje la luna?

Los cuentos de Joel Franz Rosell son criaturas extrañas que hacen posible lo imposible a través de la pluma de la imaginación. Los catorce cuentos de Sopa de sol querían hacer nido (hacer libro) juntos, y aquí están en su casita de papel, construida con palabras. (Nota de contratapa)
  
 



EL PARAGUAS AMARILLO
Kalandraka. Pontevedra, 2012. Descatalogado: © J.F. Rosell excepto italiano
Ilustraciones Giulia Frances
Album, 48 p. [Desde 6 años] El problema de ser diferente. ¿Aceptarse o ser útil a los demás?

Cuando apareció aquel paraguas color de sol, nadie supo qué hacer con él: ni el dueño de la fábrica, ni el gerente de la tienda… Hasta que un día apareció un hombrecillo narizón que tenía un hermoso proyecto para aquel paraguas diferente. Pero… ¿y el sueño del paraguas? 

Joel Franz Rosell  nos cuenta la historia del paraguas con un lenguaje muy cuidado y lírico, nos invita a reflexionar sobre el valor para innovar, cambiar las cosas. Un libro sobre los anhelos personales, sobre el sentido del deber, sobre las frustraciones que cada uno tiene en la vida y sobre el miedo a las diferencias: estos son los sentimientos de un paraguas pero también son los desafíos que todos debemos afrontar cada día para ser felices. (Revista Peonza, junio 2012)

Traducido al gallego y al italiano



  GATITO Y EL BALON
© Kalandraka. Pontevedra, 2012.
Ediciones en castellano, gallego, catalán, vasco, inglés, portugués, italiano y coreano.
Ilustraciones Constanze Kitzing
Album, 32 p. [Desde 3 años] Gatito busca al dueño del balón… y encuentra cuatro amigos

Gatito se encuentra un balón en la calle pero no sabe si tendrá dueño, ¿qué hacer entonces? Antes de ponerse a jugar con él inicia una búsqueda que le traerá muchas sorpresas, y lo mejor es que en el camino conocerá a otros animalitos con los que sin duda se lo pasará muy bien. Una historia acumulativa que refleja muy bien la infancia, los sentimientos de los niños y la importancia de los amigos. Las ilustraciones casan muy bien con la narración, son expresivas, personales y con detalles para descubrir en sucesivas lecturas. (Canal Lector)

Traducciones: gallego, catalán, vasco, italiano, portugués e inglés


GATITO Y LA NIEVE

© Kalandraka. Pontevedra, 2012.
Ediciones en castellano, gallego, catalán, vasco, inglés y portugués
Ilustraciones Constanze Kitzing
Album32 p. [Desde 3 años] Soy negro, eres blanca y somos blanquinegros

Gatito y Conejita son buenos amigos. Como ese día ha nevado, juegan al escondite en la calle pero, Gatito no logra encontrar a Conejita blanca. Por eso deciden bajar al sótano oscuro y sucio, allí Conejita no descubre a Gatito negro. A partir de un juego cotidiano, se trata el tema de la diversidad, la amistad, el autoconocimiento; con humor. El final inesperado sorprende e invita a la reflexión. (Canal Lector)


Traducciones: gallego, catalán, vasco, portugués e inglés




EL SECRETO DEL COLMILLO DORADO.
Libros & Libros. Bogotá, 2013 © J.F. Rosell excepto Hispanoamérica.
Versión original: Gente Nueva. La Habana, 1983 (50 000 ejemplres)

Novela detectivesca, 191 p. [Desde 12 años] Un robo disimula un robo que disimula un robo

Robin se pasa la vida soñando con tesoros y piratas, pero la aventura en la que se mete por culpa del colmillo dorado es algo completamente diferente. ¿Quién iba a imaginar la tremenda conspiración y los millones de dólares que giran en torno a esa joya barata y en apariencia inocente? Sus enemigos no llevan un garfio en el brazo ni un parche en el ojo, pero son igual de astutos y peligrosos.
Por suerte, Robin no está solo: él y su genial cotorra pertenecen a la pandilla de Los Exploradores Incógnitos. Es verdad que cometen algunas imprudencias, pero reciben la muy oportuna ayuda de dos de los mejores policías del país. (Nota de contratapa)

La versión original, El secreto del colmillo colgante. La Habana. Gente Nueva, 1983 fue la tercera novela detectivesca juvenil cubana y agotó sus 50 000 ejemplares en poco más de un año.



CONCIERTO N°7 PARA VIOLIN Y BRUJAS
© Fondo de Cultura Económica, excepto francés y portugués © J.F. Rosell
México, 2013
Editorial Cauce. Pinar del Río, Cuba, 2014.

Novela fantástica, 71 p. [Desde 11 años] La magia de un violín recorre cuatro siglos y dos continentes


El peligroso violín Stravagantius lleva años encerrado en una vitrina de cristal blindado, lejos de su arco. Muchos rumores existen sobre su ppoder, capaz de desencadenar los peores trastornos. Su destino está ligado al de los príncipes D'Antagno, dueños del inquietante instrumento, y al de las brujas, quienes por más de tres generaciones han deplegado todas sus mañas para vengarse de la principesca familia. (Nota de contratapa)  

El misterioso poder que se le atribuye al violín es el vehículo perfecto para que Joel Franz Rosell desarrolle una trama en la que imperan el suspenso, los enigmas y la expectativa. Una prosa amena y cautivadora en la que se fusionan brujas, genios musicales y arcos rebeldes impide la interrupción de la lectura una vez comenzada... Es una historia ilustrativa, imaginativa y cautivadora para jóvenes lectores, y también para mayores (Zeida Frade. Cuatrogatos.org) 





HABIA UNA VEZ UN ESPANTAPAJAROS
Libros & Libros. Bogotá, 2014 © J.F. Rosell excepto Hispanoamérica
Ilustraciones del autor
Album (incluye pictogramas), 48 p. [Desde 4 años] Cuando los espantapájaros protegen a los
pájaros.

El granjero coloca un espantapájaros en su campo de maíz. Los pájaros se van, pero no las pájaras, y granjero coloca también una espantapájaras. Pronto hubo romance y cuando apareció el espantapajritos, el granjero se sintió feliz, pues ni pájaros, ni pájaras ni pichones le comerían la cosecha. El problema es que los originales espantapájaros pronto se hacen amigos de los volátiles…

Así comienza una aventura ecológica que llevará al espantapajaritos a fundar un partido ecológico y presentar al congreso una ley para proteger a los pájaros.




 GATITO Y LAS VACACIONES


Sevilla. Kalandraka, 2015. Ilustraciones: Constanze von Kitting. Album (desde 4 años). ISBN 978-84-92608-67-6. Traducido al catalán, gallego, vasco, inglés, portugués y francés.

Gatito y sus amigos hablan de las próximas vacaciones: Pata va a la playa, Conejo al campo, Ardilla a la montaña y Erizo a Inglaterra. Gatito es el último en saber donde pasará sus vacaciones. Es una sorpresa que le hará descubrir que las mejores vacaciones se pasan cuando estás con aquellos a quienes más quieres.


MARIA ES PINTORA
México. Editorial 3 Abejas, 2015. Ilustraciones: David Nieto. Album (desde 4 años).

María lleva la pintura en el alma. Ella no necesita caja de colores, le basta su mágico pincel y los colores que están en ella. Tras un largo día de trabajo no necesita mucho para tener de nuevo ganas e inspiración para seguir pintando.



TITO Y SU MISTERIORSA ABUELA
La Habana. Gente Nueva, 2015. Ilustraciones de Valerio (Yunier Serrano). ISBN 978-959-08-2073-1. 100 pp. Novela (desde 10 años)

Tito es un niño tímido, que no cree poseer ninguna virtud y a eso atribuye su falta de amigos. Pero con la ayuda de una abuela medio bruja o medio maga, y de una alfombra mágica, sabrá que tiene un poder especial... y comenzará a tener amigos . Este es el tema de “Tito, aprende a volar” (estrenada en 1997 por Ediciones SM con el título de Vuela, Ertico, vuela). La segunda novela del volumen “Tito y el amigo misterioso” (inédita hasta la fecha) cuenta una nueva aventura de Tito, que esta vez descubre el misterio de su abuela y el del duente, fantasma o personaje misterioso que vive en el viejo caserón familiar. 
La soledad, la muerte y el olvido no son lo que parecen... ni los libros que hablan de eso son tristes y densos.



Mis cuentos y artículos han sido recogidos en numerosas antologías y compilaciones de Cuba y otros países. Entre ellas:


 Sol de los talleres. La Habana. Editorial Letras Cubanas, 1980 (antología de premios del X Encuentro Nacionald e Talleres Literarios, 1979, incluye “La gran rosa blanca”, premio de Cuento Infantil).

Memorias del VI Congreso del Grupo de Trabajo de Estudios Regionales CEISAL. Universidad de Varsovia & Universidad de Aarhus. Sandbjerg, Dinamarca, 1993. Incluye: “El negro invisible o La problemática del componente negro en la cultura y sociedad cubanas”.

Memorias del 24° Congreso Internacional del IBBY de Literatura Infantil y Juvenil (Sevilla, octubre de 1994). Madrid. Organización Española del Libro Infantil y Juvenil, 1995. Incluye: “To be or not to be: ésa es la diferencia”.

Y voy por un caminito…  (homenaje a Carmen Bravo Villasante). Madrid. Organización Española del Libro Infantil y Juvenil, 1996. Incluye: “La literatura infantil iberoamericana: raíces, retos y logros”
  
                                  ¡Mucho cuento! Narrativa infantil cubana de los años noventa. La Habana. Ediciones Unión, 1997. Antología (incluye el cuento infantil “La nube”).

Actes du colloque L’espagnol: de l’Espagne à l’Amérique Latine, évolution d’une langue”. Unión Latina e Instituto Cervantes. París, septiembre de 2000. Incluye “De América a España, itinerario lingüístico de un escritor”.

Cuentos azules. Madrid. Ediciones SM, 2001. Antología de cuentos infantiles (incluye “El cuento de Perico”).

El libro de todos. Invandrarförlaget. Goteborg, 1999. Antología del exilio latinoamericano (incluye el ensayo: “Oración del insular errante”).

Narrativa e promoción da lectura no mundo das novas tecnoloxías. Santiago de Compostela. Xunta de Galicia, 2002. Incluye: ”Libros, nuevas tecnologías y literatura infantil. 161 kilobytes de datos e ideas”.

Im alphabet durch die Welt. Kinder lesen überall (“los niños leen en todas partes”). Munich. Domino Verlag, 2003. Compilación de textos de 51 países y fotos de Lioba Betten (incluye el artículo: “Una selva de mundos”).

A través del espejo. Libros, lectura y escritura literaria en los libros infantiles y juveniles. Buenos Aires. Alija (Los Cuadernos de ALIJA, II época, número 1), 2004 (incluye el ensayo: “Libros, escritura y lectura literaria: el tesoro escondido”, además del trabajo de edición y selección).
El sueño y la luz. Crítica e investigación de la literatura infantil. Sancti Spiritus. Ediciones Luminaria; 2006. Selección de trabajos presentados en el Encuentro de Crítica e investigación de literatura infantil, 2004. Incluye: “64.5 kilobytes sobre el libro, las nuevas tecnologías y la literatura infantil”.

Je me souviens Mémoire/Mémoires 2006. Beaugency. Salon du Livre de Beaugency (Francia), 2006. Incluye : « Mon plus lointain souvenir… ».

Un amour d’enfance. Paris. Bayard Jeunesse, 2007. Antologadora Marie-Aude Murail ; testimonios sobre la lectura que lanzo a 82 autores franceses a la escritura. Incluye : “Mon livre c’est un filme”.

Bilbao, remanso de viajeros. La ciudad vista por propios y extraños. Bilbao. Librería Anticuaria Astarloa, col. Okoriko, 2007 (incluye el artículo “Qué asco de tiempo”).

Un libro con muchos gatos. Ediciones Unión. La Habana, 2008; compilación Enrique Pérez Díaz (incluye el capítulo de novela “La reina de los gatos”).
Cuba per se. Cartas de la diáspora (50 escritores cubanos responden sobre su vida fuera de la isla). Armando Chávez Rivera. Ediciones Universal. Miami, 2009. Incluye: “Metáfora del vuelo”.

Todos los caminos del viento. 26 cuentos latinoamericanos para niños de 10 a 12 años. Manthra Editores. Ecuador, 2009. Incluye: “El paraguas amarillo”.

Exploraciones en la narrativa de Luis Cabrera Delgado. Compilación y prólogo de Carmen Sotolongo Valiño. Ediciones Capiro. Santa Clara, 2009 (contribución “Luis, el tititero”).

Cuentan que de amor un día… (selección de autores cubanos). Pinar del Río. Editorial Cauce, 2011
Incluye “Historia regia” y “Sueños”

La isla de los sombreros mágicos. La Habana. Editorial Abril, 2011, tomo 2. Incluye: “La ronda de la calabaza” y “Había una vez un joven mago”.

¿Cuánto cuestan los abuelos? (selección de autores cubanos). Pinar del Río. Editorial Cauce, 2012. Incluye: “Los colores de la abuela”.

1,2,3 ¡fantasmas, a correr!. La Habana. Gente Nueva, 2012. Incluye: “Stravagantius, el violín embrujado”.              
                                                                                                 

Antología de cuentos y poesías. Autores del Festival 2013. San Juan, Puerto Rico. Festival de la Palabra, 2013. Incluye: “Sueños”.





 




        
  

Joel Franz Rosell logra tramas originales y vivaces donde, tras un fascinante arsenal mágico puede leerse una visión penetrante de la realidad. Ha alcanzado un estilo muy personal en el cual la literatura infantil cubana ve satisfecha su vieja aspiración a la belleza del lenguaje, sin renunciar por ello a la más plena comunicación con el joven lector, puesto que en él las palabras tienen la singular capacidad de constituir por sí mismas situaciones, ambientes y personajes creativos y estimulantes.

                                                                                                                                                                  (Félix Luis Viera. El Búho. México, 1998)




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Sites:

http://elpajarolibro.blogspot.com
http://cuentosdelmagodelcuento.blogspot.com
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12/10/14

literatura infantil y escuela: juntos, pero no revueltos

LITERATURA INFANTIL Y LA ESCUELA: UNA PAREJA CONFLICTIVA
(Versión de la comunicación presentada en el Congreso de Lectura.[1] Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Abril 2003)


mi único, por el momento, libro de ensayos sobre literatura infantil





Joel Franz Rosell*

La literatura infantil no es una pastilla pedagógica envuelta en papel de letras
 sino literatura, es decir, mundo transformado en lenguaje.

Christine Nöstlinger [2]


La literatura infantil es anterior al libro y de difusión mucho más democrática. Elementos de discurso literario infantil había dentro de los relatos, mitos, leyendas y épicas que constituyen la literatura –oral– de los pueblos primitivos y antiguos. En aquellos tiempos la literatura y el arte, lo mismo que otras actividades intelectuales, productivas o de servicio como la enseñanza, la medicina, la moda o la alimentación, raramente diferenciaban a infantes de adultos. La literatura oral se ponía a disposición de un destinatario heterogéneo pero indiferenciado, que se amontonaba en torno a una fogata, al pie de un árbol, en la plaza pública o en el salón de un castillo. Los niños, por su pequeña estatura, se encontraban en primera fila y bien podemos imaginar que su emotiva recepción estimulara al narrador o poeta a osar mayores vuelos imaginativos. Fue así que la existencia del receptor infantil confirió a la literatura general algunos de los rasgos que la caracterizarían durante siglos... hasta que la literatura infantil adquirió entidad propia y la fantasía se mudó a ella, abandonando durante mucho tiempo esa otra parte de la literatura que, acaso solo por ello, todavía  calificamos de “seria”.

Pero desde su aparición como tal, el libro infantil se vio estrechamente vinculado con la educación de niños y adolescentes. De hecho, los primeros libros infantiles no fueron libros literarios, sino textos destinados a la enseñanza de los vástagos de la elite aristocrática. Esos primeros libros adicionaban a los principios morales, religiosos, sociales, filosóficos o prácticos de lo que hoy llamaríamos “el programa”, uno que otro recurso narrativo o imaginativo cuya función única era facilitar la asimilación de los contenidos por la mente infantil (el principio del prodesse delectare o enseñar deleitando). Así, los primeros libros que merecen la denominación de literatura infantil fueron compilaciones de fábulas (de Esopo, Fedro, La Fontaine) o vidas ejemplares (de santos y de personajes históricos o mitológicos). Eso que al inicio solo era un condimento, debió esperar, sin embargo, a la segunda mitad del siglo XIX para comenzar a ser plenamente aceptado como elemento definitorio.

Los primeros libros infantiles

Cuando la invención de la imprenta de tipos móviles, hacia 1450, permite la paulatina masificación del libro, la literatura infantil ya está formada –aunque todavía sin conciencia de su especificidad– dentro de la literatura popular e incluso dentro de la literatura “culta”.
Entre los siglos XVI al XVIII, cuando eran víctimas de textos de explícita intención pedagógica, los chicos de la elite también podían gozar de la riqueza imaginativa de los cuentos populares y la poesía oral. Las ayas, cocineras y otros empleados domésticos les narraban, a menudo a espaldas de sus padres y contra la opinión de los pedagogos, la secular literatura oral que los chicos de las clases bajas disfrutaban en ferias, mercados y pórticos de iglesia.

El nacimiento del libro infantil es imprecisos porque tuvo lugar en una época en que los libros podían desaparecer sin dejar ejemplar alguno a la posteridad ni huellas en la obra de otros escritores. Los historiadores coinciden en calificar como primer libro infantil al que probablemente no es sino el primer libro documental ilustrado : Orbis Pictus, del pedagogo checo Jan Amos Comenius, publicado en 1658 en Alemania. Sin embargo, la investigadora española Ana Garralón en su Historia portátil de la literatura infantil  destaca un título muy anterior, que si bien presenta un texto que no fue expresamente concebido para chicos, sí les habría estado destinado como producto editorial: una versión ilustrada de las fábulas de Esopo hecha en Inglaterra en 1484, solo tres décadas después de la invención de la imprenta.

Como la mayoría de los títulos que inauguran la bibliografía de la infancia, los dos citados son empeños donde lo educativo es lo primero y los recursos imaginativos y estéticos son meros aditivos. Las fábulas son educación moral modulada por una ficcionalización centrada en la idea de otorgar habla y actitudes humanas a los animales, así como una estetización del discurso aportada por la versificación refinada, los diálogos, la intensificación dramática y el humor. En el caso de Orbis Pictus, y de sus imitaciones y derivados, lo propiamente estético-lúdico es el uso de ilustraciones que no se limitan a representar objetiva y demostrativamente la realidad que el texto denota. En las ilustraciones de este libro hay una presencia de la subjetividad y del placer que anticipa lo inherente a los álbumes ilustrados de nuestros días.

Lo pedagógico y lo literario: relaciones conflictivas

Para encontrar un libro estrictamente literario, donde lo pedagógico no es hegemónico y cuyo autor no es un educador, habrá que esperar a 1697. Es en Francia, cuatro décadas después de la publicación de Orbis Pictus, que Charles Perrault publica sus Cuentos de Mamá Oca[3], volumen que reúne “La bella durmiente”, “Caperucita roja”, “Barba Azul”, “El gato con botas”, “Las hadas”, “Cenicienta”, “Riquete el del copete” y “Pulgarcito”. Estos cuentos, hoy clásicos universales, eran solo algunos de los que contaba la gente de pueblo y que el funcionario y poeta oficial de la corte de Luis XIV que fue Perrault volcó en una prosa exquisita y en moldes ético-filosóficos de tipo cortesano.

Aunque hoy su retórica nos parezca densa, aquellos cuentos se destinaban a los chicos y Perrault intentó incluso hacer creer que los había redactados su hijo Pierre d’Armancourt cuando tenía 10 años. El autor (o los autores, porque alguna colaboración parece haber existido) se amolda a la intención pedagógica y a la retórica que encadenaban al libro infantil de la época, cerrando cada cuento con una moraleja. Este recurso, tomado de la fábula, traiciona la fuente literaria original puesto que los cuentos populares, orales y anónimos, no llevan moraleja. En ellos la enseñanza está implícita y toca al receptor entenderla según su situación, valores y necesidades.

Durante el siglo XVIII e incluso buena parte del siglo XIX la literatura infantil permanece sometida a la misión formativa. Pese a la paulatina extensión y modernización de la enseñanza que tiene lugar en Francia, Inglaterra y otros países occidentales, solo es a fines del siglo XIX y sobre todo en el siglo XX que el avance  de las ideas democráticas, de la psicología y de las ciencias humanas permiten el descubrimiento del niño y del adolescente, la renovación pedagógica y  el nacimiento teórico de la literatura infantil.

Los últimos cincuenta años evidencian un enorme desarrollo cuantitativo y cualitativo en el campo de los libros para niños y adolescentes, pero la tensión entre lo pedagógico y lo literario sigue vigente en nuestros días, aunque revista nuevas formas. Si bien desde el punto de vista autoral y teórico la literatura infantil se ha independizado completamente de la escuela, desde el punto de vista editorial y comercial sigue existiendo una relación de dependencia, y esto influye indirectamente al menos en parte de los autores. La escuela es, incluso en países con gran tradición de lectura independiente y por placer, el mayor comprador de libros. Las mayores editoriales de libros literarios y recreativos son también editoras de manuales escolares y tratan de seducir a su poderoso cliente institucional no solo por vía de técnicas comerciales, sino subordinando el contenido y estilo de las obras a las tareas de la escuela. Los maestros y bibliotecarios (sean éstos últimos escolares o públicos) ejercen una influencia determinante en los lectores, sobre todo en el período de la infancia, y mucha de la actividad promocional de las editoriales se dirige a los primeros, antes que a los padres y a los propios niños y adolescentes.
Una paradoja de nuestro tiempo es la convivencia de obras literarias de alto nivel de exigencia estética y autonomía autoral con obras encargadas para llenar, sin ambigüedad alguna, una de las casillas de los llamados “valores transversales”.

De la lectura como técnica a la lectura como arte

No debemos olvidar que si bien la escuela tiene como primer objetivo la instrucción, que desarrolla esencialmente dentro de sus muros, también tiene la misión de colaborar con la familia, los medios masivos de comunicación y otras instituciones sociales en la formación de valores y en la construcción de sensibilidad y cultura estéticas.

Después del lenguaje, probablemente el mecanismo de aprendizaje más importante que debe adquirir todo individuo es la lectura. Desde el primer día, la escuela se da la tarea de alfabetizar y consolidar la técnica de la lectura en cada individuo. Sin embargo de la misma manera que en el jardín de infantes se le enseñan canciones a todos los niños sin aspirar a una  formación artística profesional, el aprendizaje de la lectura instrumental no debe ser confundido con el dominio de la lectura literaria. La diferencia con el ejemplo anterior es que, si bien no es imprescindible que todos los niños sean cantantes, sí tendríamos que lograr que todos los niños –y por ende los adultos- sean lectores (y un lector no es un individuo que sabe deletrear, sino alguien que comprende plenamente y disfruta lo que lee). La importancia de la lectura radica no solo la capacidad de informarse y comunicarse por medio de lo escrito –impreso o en pantalla-, sino el dominio del proceso de abstracción a base de palabras imprescindible para el desarrollo intelectual, la riqueza de sentimientos, conocimientos y experiencias (las estéticas incluidas, por supuesto) que caracterizan al ser humano pleno. La complejidad del mundo no nos permite adquirir todas nuestras competencias en la vida cotidiana (incluida la escuela); recordemos a Borges cuando dijo que la lectura nos permite tener recuerdos que no hemos vivido. Reciclando el viejo precepto popular de que “nadie escarmienta en cabeza ajena”, obtendremos que, si se trata de un buen personaje literario, el escarmiento ajeno sí nos será de provecho y nos hará crecer y madurar.

Si bien la lectura se adquiere en la escuela, sólo alcanzará su plenitud si se ejerce fuera de ella, convirtiéndose en un hábito ubicuo, en una necesidad permanente del individuo, que dispondrá así de puertos de acceso a universos cada vez más anchos y tendrá la capacidad comprender y actuar en situaciones nuevas y diferentes. La lectura es una de las llaves de la libertad.

Por otra parte es esencial no confundir libros y literatura; no todos los libros infantiles son literatura infantil y, por supuesto, los textos escolares no son literatura, aunque en algunos casos puedan contener fragmentos de ella. La literatura infantil es un género artístico y su lectura procura una experiencia estética, emocional y lúdica que puede complementar los contenidos escolares, pero que constituye, sobre todo, una alternativa y una forma de “descansar” de dichos contenidos. La literatura infantil no debe ser vista como instrumento, sino, y esto solo en algunos casos, como un aliado del trabajo escolar.

En realidad, a los docentes les conviene que no se asocie la literatura a la escuela, puesto que los libros no escolares han de continuar fuera de los espacios y horarios lectivos la gran misión formadora que corresponde a la institución. El solo hecho de que, durante el fin de semana o las vacaciones, los niños continúen ejercitando su cerebro, dándole alimento a su imaginación, enriqueciendo su lenguaje y poniendo en práctica la, nada evidente, capacidad de convertir los significados en significantes intelectuales y emocionales es suficiente contribución del libro literario al potenciamiento del trabajo docente, con lo que se le puede dispensar cualquier otra misión en el marco escolar.

tomado de El secreto del unicornio, de Hergè
La literatura infantil no es un dialecto de la literatura.















Según Alfredo Bryce Echenique: "Desde que se le pone al lado un adjetivo a la palabra literatura, ésta deja de serlo". No estoy de acuerdo, como no suelo estar de acuerdo con la formulación simple de problemas complejos; pero creo entender lo que preocupa al destacado el escritor peruano.  Los adjetivos que se le ponen a la literatura suelen ser limitaciones de su alcance o redundancias que solo pretenden poner de relieve uno de sus ingredientes. Cuando se dice literatura política, literatura de entretenimiento o literatura popular se obvia que toda literatura comporta un cierto posicionamiento político, que toda literatura supone placer y por tanto entretenimiento, y que los libros que gozan en determinado momento de masiva aprobación suelen caer en el olvido unos años después; de la misma manera que textos considerados elitistas se convierten fácilmente en populares, o a la inversa, con el paso del tiempo.

El problema con los adjetivos que denuncia a Bryce Echenique es que suelen encaramarse sobre el sustantivo, ahogando lo esencial, y no sirviendo en muchos casos sino para catalogar la obra literaria como producto de consumo en un mercado pletórico siempre necesitado de etiquetas sencillas e impactantes.

Es cierto que cuando se habla de literatura fantástica o de literatura policíaca se apunta a especializaciones temáticas o estilísticas que dan pertinencia a géneros que muchas veces descuidan la calidad de la expresión y la intensidad de la reflexión, y en esos casos la desconfianza de Bryce parece plenamente justificada. Pero ¿qué decir sobre la literatura infantil?

La literatura infantil (o infanto-juvenil, que sería una denominación más precisa) no es aquella que habla de los niños y adolescentes, y mucho menos aquello que escriben los chicos. Parece una perogrullada decir que literatura infantil es aquella que se destina a niños y adolescentes, pero en realidad esta última definición es insuficiente porque la buena literatura infantil no se restringe al único uso de los chicos e incluso la mejor literatura infantil es la que menos debe reservarse al exclusivo consumo de los menores de edad ya que aporta rasgos formales, perspectiva humana e historias que la hacen indispensable a la buena formación de los adultos y a su mejor relación con la parte más joven de la sociedad.
Díganme, sinceramente, qué sería de la civilización occidental si escritores que solo se encuentran hoy en colecciones para niños como Lewis Carroll, Hans Christian Andersen, Julio Verne, Robert Louis Stevenson y un larguísimo etcétera, no hubieran inventado mitos tales como Alicia, su conejo y su espejo, la Sirenita y el Emperador vestido de nada, el misterioso Capitán Nemo;  Jim Hawkins, el cojo Silver y cierta Isla del Tesoro. Eso sin mencionar invenciones sin las cuales los psicoanalistas andarían en taparrabos como La Bella Durmiente y su beso, Blancanieves y sus enanos, Scherezada y su cuento interminable o Cenicienta y su zapato de cristal.
No temo me argumenten que Perrault, hermanos Grimm y compañía sacaron algunas de estas maravillas simbólicas del acervo popular, porque me bastaría replicar que con su «plagio» le salvaron estos escritores la vida al tal Acervo... [4], dándole la forma literaria que lo ha hecho universal e impactante.

Por supuesto que todo adulto fue niño y que en principio habría leído durante su infancia literatura infantil. Pero, aún en el caso –en realidad poco frecuente– de que hubiésemos tenido la oportunidad de acceder cuando niños a lo mejor de la literatura infantil universal, cada día aparecen obras nuevas, de elevadísimo mérito.

Además, como dijo no sé quien, ningún libro que no merezca ser leído dos veces merecía la pena de haber sido leído la primera vez. Al margen del efecto momentáneo de la boutade es imprescindible subrayar que los chicos tienen capacidades, necesidades y competencias muy diferentes de las del adulto, de manera que hay muchas cosas que no captan al leer un libro a los siete, diez o catorce años; no tanto porque carezcan de capacidad para entenderlas, sino porque están “en otra cosa”, porque tienen que cumplir otras tareas en su formación como individuos y en la aventura de vivir, y también porque su apropiación de la invención estética les hace ver y entender cosas diferentes –no necesariamente inferiores– de las que verá y entenderá cuando tenga 20, 40 ó 70 años.

La mayoría de los niños no se da cuenta o no le concede importancia a la crítica social, económica y política presente en Los viajes de Gulliver, ni a las bases lógicas, matemáticas y filosóficas de Alicia en el País de las Maravillas, ni a la parábola de la decadencia del mundo moderno que encierra El señor de los anillos, ni percibirá plenamente las diversas intertextualidades que establece Historias a Fernández. Todo eso queda en segundo plano, opacado por el disfrute de la fascinante historia, el lenguaje liberador, los escenarios deslumbrantes, los personajes seductores y los sentimientos desatados. Pero lo que inadvertidamente se infiltró en el alma del chico, alimentando su curiosidad y cultura, se queda ahí, esperando ese reencuentro durante la edad adulta que, lamentablemente, pocas veces se da, para explicar algunas cosas que la primera lectura no hizo conscientes, pero sobre todo para explicarle al lector ya maduro algunas cosas sobre ese individuo que él fue (¡cuánto trabajo le ahorraríamos a los psicoanalistas con solo contarles lo que leímos... o no leímos... durante la infancia!).

Los niños no son adultos en miniatura ni esbozos de adultos; son seres distintos, con otra perspectiva de las cosas, con un carácter inevitablemente dialéctico debido a que están aprendiendo el lenguaje, construyendo su personalidad y estructurando su noción del universo según las leyes de la física, del devenir temporal y de la cultura de su grupo.

Los niños tienen una maleabilidad y un nivel de absorción de conocimientos y habilidades que ningún adulto consigue conservar. Piensen, sin ir muy lejos, lo que significa aprender a dominar los miles de músculos del cuerpo,  mantener el equilibro, comprender las proporciones y la perspectiva, ajustar los ritmos biológicos a los ritmos sociales o asimilar toda la arbitrariedad de las relaciones entre las palabras y los conceptos que implica la conquista del lenguaje. Todo eso lo hace un niño antes de los cuatro años y nada de eso puede aprenderlo, simultáneamente, un adulto.  Porque puede y está aprendiendo todo eso, el niño es capaz –y está necesitado– de una determinada forma de ficcionalización y representación por medio de las palabras del mundo en que vive, de los seres que lo rodean y de los procesos de su mente.

Por eso la literatura infantil no está «limitada» por la capacidad del niño, sino abierta gracias al hecho de tenerlo precisamente a él como destinatario.

Tampoco olvidemos que el público infantil está abierto horizontalmente, pues no existen dos niños idénticos, y verticalmente, porque los niños crecen y cuando los libros que les damos son realmente buenos van a acompañarlos toda la vida, incorporados, de manera más o menos inconsciente, a su experiencia estética, a su estructura de valores y a su reserva afectiva. Muy pocas personas consiguen recordar dónde, cuándo y cómo aprendieron la mayoría de sus convicciones más profundas e inamovibles. Algunos principios les fueron inculcados por la familia –con las palabras y con los actos– o por la escuela, pero muchas veces una y otra instituciones se apoyaron en un libro o en imágenes literarias para realizar esa transmisión de códigos.

La literatura infantil es literatura para todos


Lo específico de la literatura infantil no es alimentar al niño con una versión del mundo a su nivel. Lo que la caracteriza es haber convertido en rasgo estilístico la forma singularmente creativa que tienen los chicos de mirar, relacionarse con el mundo y expresarlo. Todo esto es interpretado, contado y organizado por un adulto especializado en estéticos trajines con el lenguaje. Un adulto que, si es un auténtico creador, no vacilará en singularizar su discurso volcando en él toda su vida de sus ilusiones a sus terrores para configurar una obra única y personal, para nada inferior a la de quienes escriben para adultos, pero que, estilísticamente, será reconocible como parte del universo estético infantil.[5]

Si la literatura infanto-juvenil no es una zona de la literatura exclusivamente destinada a niños y adolescentes, eso significa que también puede ser leída por los adultos. Los buenos libros para chicos tienen elevada calidad estética, buenas historias, personajes seductores y aportan elementos para comprender mejor a los niños y adolescentes, por lo que pueden ser una excelente lectura para cualquier miembro adulto del núcleo familiar. Y si son adultos que han perdido o nunca tuvieron un contacto frecuente con la lectura literaria, les ayudará y estimulará el hecho de que los libros para niños y adolescentes sean generalmente breves y de lengua clara.

Las especialistas españolas Anna Gasol y Mercè Arànega nos recuerdan que:


Diversos fenómenos iniciados por la sociedad industrial –progresivo despoblamiento de las zonas rurales, incorporación de la mujer a la vida laboral, ritmo de vida acelerado, predominio de familias nucleares, etc.– han propiciado que los adultos pasen muchas horas fuera del hogar y, por consiguiente, que niños y niñas estén ocupados en múltiples actividades extra escolares disminuyendo así las interrelaciones de este tipo en el ámbito familiar. [6]

Si bien en la Argentina en sus diversas clases sociales y en la enorme diversidad de su realidad federal la situación no es idéntica a la de España, también aquí hay ese problema de disminución del tiempo que comparten adultos y chicos. En el caso de la población desempleada o sub empleada, que probablemente dispone de más tiempo que pasar junto con los menores, el acceso al libro –por razones económicas, prácticas o de formación culturales una dificultad que, sin embargo, podemos desviar en nuestro interés. Chicos y adultos comparten ya la televisión, la música, el fútbol... ¿Tan difícil nos resultará hacerlos compartir también los libros?

Los adultos suelen privarse de lo necesario para ofrecer a sus hijos los bienes y servicios indispensables, y aún para satisfacer necesidades de segundo orden. Muchos adultos que no compran libros para sí mismos, tratan de ofrecer libros a sus chicos. Más de una vez he observado que algunos padres se resisten a pagar un libro que no tenga suficiente texto, como si consideraran que la cantidad de palabras es lo que determina el valor de la obra. Si esos adultos supieran que ellos también pueden leer los libros que adquieren para sus hijos, estarían menos preocupados por la “rentabilidad de la inversión”.

Entre las muchas razones por las cuales vale la pena que los adultos lean libros para niños y adolescentes, está el hecho de que éstos dicen cosas que los adultos no saben o no entienden de los chicos a su cargo y que sería muy bueno que descubrieran o  recordaran: ser de pequeña estatura y cansarse más rápidamente, descubrir cosas nuevas todo el tiempo, verse obligado a obedecer a personas que ni siquiera son capaces de responder satisfactoriamente a los más elementales "porqués", no saber definir los lapsos de tiempo, confundir realidad y fantasía, encontrarles otros significados a las palabras, desmoronarse ante el menor contratiempo sentimental y recuperar la fe un instante después, dar más importancia a la pandilla de amigos a la que uno ha elegido pertenecer que a la tribu a la cual fatalmente uno pertenece por razones de sangre...

Además de lo beneficioso que es para el adulto que nada lee, leer al menos los libros de sus chicos, esta lectura compartida incrementa la cohesión y la comunicación dentro de la familia al aportarle referencias y placeres comunes. Y, además, está el siempre evocado asunto del ejemplo. Está probado que un niño que crece en una familia donde nadie lee, en una casa donde no hay libros, no tiene las mejores posibilidades de crecer como un buen lector, de ser un buen estudiante y incluso de formarse como un buen profesional.

La escritora brasileña Ana María Machado, con esa capacidad tan suya para hablar sencilla y gráficamente de problemas complejos ha dicho: “imaginar que alguien que no lee pueda hacer leer a otros es tan absurdo como pensar que alguien que no sabe nadar pueda convertirse en instructor de natación. Sin embargo es eso lo que estamos haciendo”[7].

Aclaro que Ana María Machado no hablaba solamente del ejemplo en casa, sino del problema de tanto maestro, e incluso bibliotecario, que no ama la lectura, que no tiene el hábito, la necesidad, de leer. Nadie que no esté convencido, que no esté enamorado de la lectura puede trasmitir esa pasión a los chicos. Las bibliotecas escolares deberían poseer no solo libros para niños y adolescentes de la mayor calidad y variedad, sino también buenos libros para adultos; libros que los maestros y bibliotecarios puedan y deban leer, además dar en calidad de préstamo para que los padres puedan leerlos en casa.

Moraleja
Aunque, como ya dije antes, desconfío de toda formulación simplificada de problemas complejos y sé que no hay decálogos, recetas ni fórmulas que puedan orientar la práctica de la literatura en el ámbito escolar y para escolar, voy a aprovechar el poco tiempo que me resta a exponer de manera sucinta algunos principios sobre cómo conseguir que la lectura literaria sea patrimonio de la humanidad... en fin: de ese pedacito de humanidad que tenemos a nuestro alcance.

·         Los libros literarios no son para enseñar, para eso están los textos escolares y los informativos. La literatura no enseña (lo que no significa que en ella no se aprenda muchísimo).

El niño aprende siempre, y no aprende menos y peor fuera de las instituciones creadas para enseñarle cosas. El niño aprende permanentemente; de la misma manera que crece día a día, con cada nutriente que ingresa en su cuerpo, aprende con cada palabra bien hilvanada que accede a su mente. Por eso lo de literatura educativa es una aberración, o por lo menos una redundancia. La literatura no debe preocuparse de enseñarle nada, porque el niño, por sí solo, va a aprender algo en la literatura (“conmover es moralizar”, escribió el pensador cubano José Martí). El niño aprende jugando y la lectura es, perdónenme otra cita: un juego serio como un trabajo y un trabajo divertido como un juego, según una definición tan brillante que he olvidado el nombre de su autor, un poeta ruso. La buena literatura infantil es aquella que hace al niño jugar a la vida (todo lo que ocurre y aquellos a quienes ocurre es ficción, simulación, rol, máscara que el niño protagoniza al leer). La buena literatura hace jugar nada menos que al lenguaje: los versos, las metáforas, las adivinanzas, el humor, los calambures... todo eso enseña al niño a servirse del lenguaje y comprender que el lenguaje no es algo muy serio, sino algo muy divertido y, por consiguiente, esencial... porque nada es tan importante en la vida de un niño que jugar.

·         La literatura no se interpreta, se disfruta.

Nadie sabe lo que intenta trasmitir el autor. No lo sabe el autor literario mismo (el autor no literario, sí que lo sabe y lo hace explícitamente, olvidando que la literatura es un discurso connotativo, es decir, una forma polisémica, “estereofónica”, de escribir). El texto literario es, entre otras cosas, un mensaje; pero no para el escritor, para quien su obra es un canto y está lleno de placer, de pulsión incontrolable, de resonancias íntimas y compartidas, de trabajo creador. El lector entrará en sintonía con los diversos elementos de la obra, su posición no es la del destinatario que recibe un mensaje dirigido, sino más bien la del receptor accidental que tropieza con un inesperado, no deseado e imprevisto mensaje que, además, carece de código pre-determinado. La obra literaria es un instrumento... musical, lleno de posibilidades que cada cual hará sonar según sus competencias, capacidad, experiencia, sentimientos y necesidades.

·         El lector lee. El escritor escribe.
No todo el mundo es escritor, no todos los textos son literarios, la calidad existe.
Una mala interpretación de la democracia y una forma demagógica de la igualdad han hecho que en la enseñanza contemporánea se exagere el papel activo del estudiante, del lector. La democracia no consiste en que todo el mundo deba tomar la palabra, sino en que todo el mundo sea escuchado. La literatura es un oficio duro y riguroso, que exige experiencia y talento. No todo el mundo es escritor, no todo texto es literario, no todo tiene la misma calidad. El mediador tiene el deber de escoger lo mejor, el lector renunciaría a su mayor derecho que es leer obras de calidad si aceptara cualquier cosa que se le ponga al alcance de la mano.

·         Leer es una actividad. El lector pasivo no existe cuando se lee buena literatura.
 La buena literatura exige atención, reactividad, cultura. Pero hipertrofiar el papel activo del lector es contraproducente pues en ese caso, el texto desaparece y el autor se esfuma, siendo suplantado por el lector. Todo individuo que lee busca la experiencia del otro, del escritor, de los personajes, busca conocer otros mundos –reales o imaginarios-, en una forma indirecta, pero profunda, de comprenderse mejor y comprender mejor su propio mundo. Un espejo no es una lupa, para conocer la realidad hay que aceptar el (los) discurso(s) del (los) otro(s).
La actividad primera del lector es convertir en imágenes las palabras leídas. Este proceso de transformación moviliza su experiencia, su cultura, sus gustos; pero las palabras no son suyas, no deben serlo. Desconfiemos del exceso egocéntrico, egocinético y en el fondo demagógico de la teoría del lector activo llevada a su extremo.

·         Las lecturas deben ser variadas por su género, su estilo, su época, su procedencia geográfico-cultural.

Muchos seleccionadores de lecturas infanto-juveniles tienden a desconfiar de la diferencia y a marginar -cuando no rechazar de plano- los libros infantiles de otras regiones del mundo, llegando a veces al extremo etnocentrista de poner en duda su calidad. Si los libros que proponemos a la lectura de los chicos tienen asuntos, escenarios y marcos históricos similares a los de las materias escolares, no conseguiremos que éstos tengan el atractivo que implica el cambio de actividad. Volver una y otra vez, aunque sea en otra forma sobre el mismo universo implica saturación y conduce inevitablemente al aburrimiento. El fulminante éxito de las novelas de Harry Potter en el mundo anglosajón, y en otros países, no solo occidentales, viene del hecho de que recrean un universo autónomo muy diferente del cotidiano (lo que no excluye puntos de contacto con la realidad –sobre todo en lo que concierne al mundo de la escuela– asegurando así la identificación entre lectores y personajes).
Si en ciertas regiones de Argentina que han sido escasamente reflejadas en la literatura, sería conveniente disponer de libros que conviertan en ficción estetizada el marco geográfico y humano en que viven los lectores, lo cierto es que los maestros y bibliotecarios argentinos harían bien en recomendar a los chicos a su cargo la lectura de novelas no argentinas, no urbanas, no realistas. Libros así pueden exigir una cierta preparación previa por parte del animador de la lectura, que deberá preparar a los inexpertos lectores a un tipo de relaciones sociales, de referencias culturales e históricas, de componentes del paisaje o de léxico que les resultan extraños. Pero este tipo de preparación a la lectura, si se hace de manera inteligente, puede incluso redoblar el interés de los chicos y será un aporte cultural indudable tanto para ellos como para los adultos que colaboren en la lectura.
Los resultados de una encuesta internacional sobre la calidad de la lectura en los niños muestran que entre los 35 países de todos los continentes que participaron en el estudio, la Argentina se vio relegada al lugar número 31, con un puntaje muy inferior al promedio. La directora de Información y Evaluación de la Calidad Educativa del Ministerio de Educación, Liria Toranzos concluyó en la necesidad de “desarrollar en las aulas mejores prácticas de comprensión lectora, como también emplear una mayor diversidad de textos” [8]
Por su parte, la destacada psicóloga y especialista en educación Emilia Ferreiro aconseja dejar de lado “la educación homogénea y uniforme del siglo XIX para dar espacio a una educación plurilingüe y pluricultural que aproveche las diferencias”, y añade: “Ya no basta con saber firmar, leer o escribir textos simples. Es necesario saber utilizar Internet, poder navegar y realizar procesos de búsqueda de información confiables y satisfactorios. Es preciso poder circular por distintos tipos de texto con facilidad”. [9]
La escuela y la biblioteca deben proponer textos diversos, tanto por género (narrativa, poesía, teatro, divulgación, periodismo) como por su estilo (realista o fantástico, barroco o romántico, irónico o humorístico, coloquial o grandilocuente) como por su época y procedencia (contemporáneos, del pasado reciente o remoto, de la cultura “federal” o de las minorías étnicas y regionales, del extranjero próximo o de las culturas que no tienen relaciones con la cultura nacional), del mundo de los niños y adolescentes y del mundo adulto o de la tercera edad.

·         Leer literatura es leer una lengua. Una lengua es una cultura. Toda cultura es universal.

La lengua castellana es una de las raras ventajas que tienen los países hispanoamericanos en la era de la globalización: poseemos una lengua internacional con más de 300 millones de hablantes y en permanente expansión. Ese castellano tiene que ser diverso y esa diversidad hay que dominarla. Algunos maestros y promotores de la lectura pretenden que los niños y adolescentes argentinos rechazan los libros escritos o traducidos a variantes del castellano de otros países de nuestro ámbito lingüístico (por cierto, que lo mismo hacen muchos docentes españoles con libros argentinos, o mexicanos frente a libros colombianos, etcétera, porque si algo no tiene frontera son los prejuicios). Estoy convencido de que son los propios docentes quienes recelan de textos que no confirman la norma lingüística que ellos deben enseñar. Y si los usos lingüísticos diferentes generan cierto extrañamiento, lo que hay que hacer es explicar la riqueza que los mismos aportan. Por otra parte, en el cine, en la televisión en la música, los mismos chicos argentinos consumen inmoderadamente productos mexicanos, españoles, colombianos. Mal puede defenderse el respeto al otro, difícilmente puede argumentarse la necesidad de aprender lenguas extranjeras (que no son solo el inglés, sino el francés, el hindi o el guaraní) si uno no es capaz, para empezar, de admitir y disfrutar de la otredad en el interior de su propia lengua materna.

·         La lectura no es ni mejor ni peor que otras actividades intelectuales o recreativas. Es otra cosa.
No tiene sentido alguno oponer la lectura a mirar televisión, el libro a la computadora. Son actividades diferentes, complementarias y que pueden coexistir pacíficamente. De la misma manera que la lectura no puede sustituir a la práctica de deportes en sus benéficos efectos sobre el cuerpo y a la relación con los amigos en su saludable contribución a la sociabilidad. Leer bien ayuda, sin dudas a mirar críticamente la televisión, a comprender mejor los mecanismos de funcionamiento y a seleccionar los contenidos que aporta la computadora, como puede ayudar a conocer deportes nuevos, a mejorar la salud y a enriquecer la relación con los amigos. No hay que leer todo el tiempo ni en todas partes, pero nunca hay un tiempo impropio para la lectura y en ningún lugar se encuentra un cartel que advierta “Prohibido leer”.

BIBLIOGRAFÍA

GARRALON, Ana: Historia portátil de la literatura infantil. Madrid. Anaya, 2001.
GASOL TRULLOS, Anna y ARNÀNEGA, Mercè: Descubrir el placer de la lectura. Lectura y motivación lectora. Barcelona. Edebé, 2000.
MACHADO, Ana Maria y MONTES, Graciela: Literatura infantil. Creación, censura y resistencia. Buenos Aires. Sudamericana, 2003.
MANGUEL, Alberto: Una historia de la lectura. Bogotá. Norma, 1999.
ROSELL, Joel Franz: Un oficio de centauros y sirenas. Buenos Aires. Lugar Editorial, 2001.






[1] “Literatura para niños y escuela”. Argentina. Ediciones del Sur, 2004.

Escritor cubano. Ha publicado, entre otros libros: Vuela, Ertico, vuela y El Pájaro Libro (Ediciones SM), La tremenda bruja de La Habana Vieja (Edebé),  La Nube y Mi tesoro te espera en Cuba (Sudamericana), Javi y los leones (Edelvives) y La literatura infantil: un oficio de centauros y sirenas (Lugar Editorial). Su obra ha sido traducida al francés y el portugués. Tras vivir en La Habana, Río de Janeiro, Copenhague y París, reside actualmente en la Argentina.

[2] Christine Nöstlinger, In Luisa Mora: "Una entrevista a Christine Nöstlinger". Urogallo, sept-oct 1993, pp. 10-15
[3] Originalmente titulado Histoires ou contes du temps passé y, en el reverso de la tapa Contes de ma mère l’Oye, lo que se puede traducir como: “Narraciones y cuentos de hadas del pasado. Cuentos de mama Oca”. Parrault escribió en total una treintena de cuentos en verso y en prosa, y fábulas, algunas todavía inéditas en castellano.
[4] Joel Franz Rosell: Un oficio de centauros y sirenas, pp. 11-12
[5] Idem, p. 13
[6]Anna Gasol Trullos y Mercè Arnànega: Descubrir el placer de la lectura, p. 31.
[7] Ana María Machado y Graciela Montes: Literatura infantil. Creación, censura y resistencia., p. 17

[8] “Alumnos argentinos entre los últimos”. La Nación, 9 de abril de 2003

[9] “La escuela no forma buenos lectores” ( Emilia Ferreiro entrevistada por Agustina Lanusse). La Nación, 14 de abril de 2003

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